SEGUNDA
INSURRECION DE ESTELI. ABRIL 1979
Byron Javier Picado
Molina.
1 – 24 octubre 2015.
Estelí, Nicaragua
Introducción
Este es un relato preliminar
en homenaje a tod@s l@s participantes en esta gesta libertaria. Cualquier
información es bienvenida para incorporarla al texto
Días
previos
En los
alrededores de la ciudad de Estelí habían quedado ciertos campamentos guerrilleros. Estaba tensa la situación para
los campesinos porque la guardia los reprimía y asesinaba por apoyar a l@s alzad@s.
Dice Filemón Moncada: Yo estuve
allá (Honduras) con el Comandante Francisco Rivera, en un campo de
entrenamiento con los otros compañer@s; en unas casas que habíamos alquilado en
Honduras, en San Marcos de Colón. Entonces nos llegó una nota de los campesinos
que decían que aquí en Estelí no podían entrar a la ciudad porque entraban y la
Guardia los capturaba y asesinaba; y los mutilaron y pusieron en los caminos y
no podían enterrarlos porque la Guardia los atacaba, si se acercaban.
Entonces,
el Comandante Rivera leyó la nota y dice que nos están pidiendo ir a parar esa
situación de la guardia. Y nos pidió: quien quiera ir que de un paso al frente.
Entonces varios dimos un paso al frente. Nos organizamos, un grupo, y salimos
de allá a las seis de la tarde. Entramos a Somoto en un camión. A los camiones
en la parte del camastro le ponen siempre una tabla ancha. Entonces nos pusimos
todos acostados y la tabla nos tapaba.
Venían Freddy
y Marta Úbeda adelante, con fusiles Fal para disparar fuertemente a la Guardia,
si nos detectaban. Y nosotros también andábamos bien armados, pero acostados,
cada quien traía el fusil a su orilla. Logramos pasar sin ningún problema el retén
de la Guardia. El chófer dijo, “allí voy a hacer un mandado, ya regreso.”
“Bueno, ¡andáte!” Así pasamos tranquilo por Yalagüina. Entramos a Condega.
Vinimos a Estelí y pasamos a San Roque. Ya en San Roque nos bajamos y agarramos
para el cerro donde estaba el campamento.
A los tres
días la Guardia se dio cuenta que estábamos allí y tendieron un cerco alrededor
del cerro y avanzaron peinando. Asesinaban terriblemente. Vinieron con aviones.
El Comandante Rivera dijo que estaban bajando infantería que después vinieron a
pie barriendo todo. Mandó a Juan Alberto Blandón adelante para poner emboscadas
al enemigo que vino de Estelí. Después organizó a otro grupo que éramos nosotr@s
con enfermeras, con médicos, que íbamos a organizar un hospitalito en la
quebrada de Las Pintadas. Y el Comandante Rivera quedó atrás para venir con l@s
niñ@s, con l@s ancian@s, con las mujeres embarazadas. Logramos entrar con toda la gente
hasta aquí. Pero en Las Pintadas nadie se quiso quedar. Todos quisieron venir a
Estelí a combatir.
A mí me
habían mandado a hacer posta, a hacer vigilancia, y de repente me bajé a dar
una vuelta y no hallé a nadie. Se habían organizado y se habían ido para
Estelí. Entonces yo me vine y fui a la casa de comando y allí estaban tod@s l@s
compañer@s. Y la guardia había subido y en La Montañita encontraron unas
familias y l@s mataron a tod@s. Una niña se fue a esconder en un maíz, en una
de las casas, y la Guardia puso fuego a las casas y la niña quedo calcinada.
Solo quedaron las cenizas.
Lo que
inició la insurrección de abril fue el esfuerzo de parar a la guardia que
estaba asesinando a la gente. Fue el tiempo de las actividades de la iglesia
que siempre se hacen en abril (semana santa); pero en 1979 no se hicieron
porque estábamos combatiendo a la Guardia Nacional. (1)
Dice Antenor Rosales. Tercerista. (De León): Nosotr@s
debíamos venir el primero de abril. Nos vino a dejar a la frontera “El Topo”,
Enrique Argüello. Entramos por la misma ruta donde habían capturado a Doris
Tijerino, un famoso portón ahí por la frontera de El Espino, en Somoto.
Nos bajamos como a unas mil varas
de la frontera, nos metimos a la izquierda, cruzamos la guardarraya y
nuevamente volvimos a la carretera, ahí nos estaba esperando un colaborador,
que después creo que murió en El Salvador. Dormimos en su casa, que quedaba
como a unas cien o doscientas varas de la carretera. En la mañana, de día, nos
fuimos en una camioneta, desde las afuera de Somoto, a un lugar que se llamaba
Los Araditos (Estelí).
En el camino pasamos como cuatro
retenes de la Guardia y en los cuatro nos detuvieron. Pusimos nuestra mejor
cara. En la tina de atrás, íbamos “El Zorro”, otro compañero y yo; adelante iba
el que manejaba y la “Flor”, una muchacha muy joven. Tuvimos que pasar por
Estelí para llegar a Los Araditos.
Entramos a la ciudad de Estelí al
medio día y agarramos el camino a El Sauce; nos bajamos en la finca de un
colaborador al que le decíamos “El Abuelo”, y ahí encontramos a nuestros compañer@s:
era la Columna Filemón Rivera. Traje algunas fotos de ese grupo.
Oyente: Rolando López. Creo que “Flor” es
una compañera que se llama Enoé Valenzuela, una compañera chaparrita que
trabajaba en la Policía.
Antenor: Sí, puede ser ella. Lo que
sentimos al llegar, es que los compañeros estaban que rascaban. Ni siquiera nos
saludaron. Lo que nos preguntaron fue: ¿A qué horas nos vamos? Para entonces,
tal como ves en esta foto, ya estaban bien armados, distinto de septiembre,
¿verdad?, ya existían fusiles.
Mónica Baltodano: Por lo menos ahí se ven en esa
foto unos quince fusiles, tal vez podés identificar a algunos de los compañeros
que están aquí.
Antenor: Napoleón Molina “La Chiva”;
Ricardo, quien vive en Canadá; un pintor que se llamaba Antonio Rodríguez “Toño
Tarzán”, murió; Arturito, un muchacho de Chinandega; están cuatro hondureños en
esta foto, el Indio Emilio, Güandique, “Froylán” o Juan Alberto Blandón, que murió
en El Lamento, creo que así se llama el lugar, donde murió; Víctor Manuel
Gallegos y yo. De los cuarenta que aparecen aquí por lo menos, unos quince son
compañeros caídos.
Mónica: Había un plan de hacer
acciones ofensivas, pero no incluía una nueva insurrección en Estelí. En la
realización de un plan de fuerzas combinadas, Elías Noguera y (luego llega) Cristhian
Pichardo (Insurreccionales y GPP) atacaron Condega, donde hieren a Elías
Noguera en una pierna. (Derriban dos aviones)
La columna de Salvador Loza debía
emboscarse entre Estelí y Condega para contener los refuerzos de la Guardia. ….
pero en la retirada combaten prácticamente en los barrios de Estelí. Por otro
lado, la emboscada que tenían planeado ubicar en la Carretera Panamericana,
antes de Estelí, no se puede montar. Prácticamente fracasa.
Por su parte, otras fuerzas
combinadas atacan El Sauce, donde derribaron otro avión; además, se atacó
Achuapa, Río Grande, San Rafael del Norte, Pueblo Nuevo y Limay, acciones
todas, exitosas. La gente de “Froylán” estaba entre Estelí y El Sauce, y es la
fuerza con la que vos te encontrás buscando Los Araditos, es toda la gente que
está en la foto. (2)
La entrada
(El domingo de ramos del 8 de abril de 1979, a las 4:30 de la
tarde, entran a Estelí combatientes de una parte de la columna Filemón Rivera
del Frente Norte Carlos Fonseca Amador (FNCFA), del FSLN, por el barrio El
Zapote.). Luego se suman algun@s de la GPP (Columna General Pedro Altamirano).
Dice
Antenor: La Guardia había aprendido y tenía distribuida
varias unidades en toda la ciudad…. sólo en la entrada nos encontramos con
resistencia del aparato militar de la dictadura, y ya no fue posible entrar
directamente en ofensiva sobre el cuartel, sino que desde las primeras casas
del pueblo tuvimos que tratar de forzar la entrada a Estelí. Ése fue el ingreso. (2)
Mónica
Baltodano: La Guardia estaba
en el Colegio (de monjas), El Rosario,
la Catedral, el Banco Nacional y TELCOR. Tal como previeron, sin la emboscada
sobre la Panamericana, la Guardia comenzó a penetrar por ahí desde el día doce,
y los fueron haciendo recular tramo por tramo. (2)
El
19 Digital : Las familias recuerdan que durante el
segundo intento de liberación de Estelí (abril, 1979), unas dos mil fuerzas de
la denominada Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI), comandada
por el régimen somocista, cercaron y devastaron toda la ciudad, dejándola solo
en escombros.
“El pueblo se alzó contra la
Guardia. Eran centenares de trincheras y barricadas. Hombres y mujeres
estuvieron al frente desde la guerrilla, y jugaron un papel protagónico en la
liberación”, recordó Francisco Valenzuela, actual alcalde sandinista de Estelí
(2014).
Rememoró que la EEBI,
ordenada por Somoza, atacó a las familias con tanquetas (Sherman), morteros de
hasta 80 milímetros y bombas de 500 libras de presión, logrando replegar a las
columnas guerrilleras, encabezadas por el legendario Comandante Francisco
Rivera (El Zorro). (3)
Dice
Jorge Antonio Gutiérrez Flores:
Mi casa era casa de
seguridad. Está ubicada de La Bomba El Calvario 1 1/2 cuadra al Oeste; Familia
Gutiérrez Flores: Doña Haydee Flores
Pérez y Antonio Gutiérrez Osegueda; hermano de Germán Gutiérrez, Pablito, Jefe
de seguridad de Daniel, en los años 80.
Mi padre transportaba armas
desde Honduras, a los Comandantes Filemón y Francisco Rivera Quintero, del FSLN.
Entendí siempre que la
misión de mi papá era de coordinación de actividades que se hacían dentro de la
ciudad, como operativos, insurrecciones, etc. Él no combatía directamente. Era
conductor de furgones...
Mi hermano, Noel Antonio
Gutiérrez Flores, de 16 años en ese tiempo; hacia lo mismo que yo, correo;
tengo entendido, porque desde chiquititos nos enseñaron la palabra
compartimentación.
Mi mamá les daba café, agua y fresco a César, El
Zorro y otr@s que llegaban a la casa; pero no dormían ahí porque había un
vecino de quien desconfiaban.
El domingo 8 de abril de
1979 yo estaba en la casa, en el barrio El Zapote, hoy Filemón Rivera. Con
apenas 12 años era correo. Un compa, César, estaba en la casa como desde la 2
pm, hablaba con mi papá; Él con frecuencia llegaba a la casa y platicaba mucho
tiempo con mi papá, no sabía de qué hablaban.
Ya estaba el bombardeo en la
Sirena, se miraba y se escuchaba como los aviones descargaban metralla sobre
posiciones guerrilleras. Tengo entendido que otros compas ya estaban por las
Pintadas.
Me dijeron, (incluyendo a mi
Papá), vas a ir a comprar un maíz, pero lo que tenés que ver es si viene la
guardia. Me fui por El Chalet, subí hacia la casa de Doña Chayo Pérez y luego
giré hacia donde está ahora La Bomba, es en esa cuadra que miro que la Guardia,
viene por donde doña Florencia. Me regreso sigilosamente por la misma ruta.
Informé al compañero César y éste corrió hacia la quebrada El Zapote. Los
guerrilleros ya venían por el río; la GN estaba ya a una cuadra al norte de
donde hoy es La Bomba, por la curtiembre de Don
Lencho; por el río. Eran como las 3:30 pm.
Los jóvenes andaban en
matiné. Era domingo y ese día se presentaba la película Grease; con John
Travolta y Olivia Newton John; en el
cine Estelí. Era el boom de esa película.
Cuando la GN va hacia abajo,
a la quebrada, ametrallaron una casa de la familia Armas. Ahí asesinaron a Ana,
de unos 18 años, y a Don Rigo, de unos 38 años. Hubo 3 heridos.
Como a las 4 de la tarde
inicia el combate. La GN estaba como a dos cuadras de la quebrada. Yo quedé en
medio del combate, en una casa de René Centeno (Grillo).
Este combate en la quebrada
fue feroz, porque fue frontal. Duró una media hora y se fueron desplazando por
la ciudad, y la guardia, con la tanqueta, ya se ha había retirado del barrio.
Después del combate un
guardia se quedó escondido y mató a Mario Espinoza que venía de matiné. Ese
guardia había quedado en un solar y Mario se metió por otro solar para llegar
donde el tío Valentín Espinoza; el guardia le disparó con un Garand y le sacó
las vísceras. Lo halaron desde donde cayó herido, como a unos 50 metros de la
calle, solar que colindaba con el señor Carlos Blandón; hasta una cuadra y
media al oeste de La Bomba, propiamente frente de la casa de Juan José
Altamirano, afuera. Dentro de los que lo halan estaba la prima de él, Francisca
Parrilla, quien fue la primera que llegó donde Mario ya herido; incluso ella le
tiró piedras al Guardia, que con suerte éste no le disparó. Yo ayudo a halar ya
afuera, en la calle. Lo matan cerca de las 5 de la tarde.
Con banderas blancas lo
llevaron al hospital; doña Lucía, don Cipriano y otros familiares de Mario;
pero murió. No fui al hospital.
Este combate, en el barrio,
se produjo paralelo a otros en la periferia de la ciudad.
El lunes, estamos en el
solar de mi casa, con mi padre y mi hermano Noel; buscando pedazos de chatarras
para poner en las barricadas; cuando miramos al mismo GN detrás del solar que
queda vecino con el campo deportivo, El Chalet.
Este Guardia era un negro murruco y alto. Serían como las 8 ó 9 de la
mañana.
Corro enseguida a la
barricada, de la bomba una cuadra al
oeste; y le digo a Che María (Cesar
Rivera); en ese momento el guardia ya está disparando a
media cuadra, al sur. Che María se va hacia abajo, hacia la quebrada, sube por
El Chalet y se ubica en el Guanacaste; que todavía está ahí; con un Fal le
dispara la primera ráfaga, le destroza una mano. El guardia sigue disparando el
Garand, con una mano cambiaba el clip. Luego Che María le dispara otra ráfaga y
ahí murió. Nos ordenan llevar la guardia al Chalet y ahí se quemó. Se cometió
un error, no se ocultó el cumbo (casco) del guardia y en la operación limpieza
lo hallaron y mataron a vari@s del barrio.
A Mario se enterró el lunes,
entre la 11 am y 2 de la tarde, en el solar de Don Valentín Espinoza, tío de
él.
En los siguientes días de la
guerra me movía entre la casa del yanqui y la esquina que está a una cuadra de
la bomba, hacia el oeste, la barricada. Llevaba agua, comida... También
matábamos a los perros que comían personas muertas.
La barricada más grande en
ese sector era la que estaba a media cuadra de mi casa, hacia el Este. Había
otras más pequeñas hacia el norte y el sur, en la misma línea. Entendía casi
inocentemente que esa era la línea de la retaguardia.
Los aviones tiraban volantes
donde instaban a la población a meterse a las casas
Mi Papá, un señor que se
llamaba Arnulfo Olivas y otr@s, oíamos en una grabadora la Radio Sandino, en
medio combate, como al cuarto día. En el solar de mi casa.
Ahí andaban los
combatientes: Danilo Flores, El Moreno (Ramón Moreno), Paulino Meza (Catalino),
Reynaldo Meneses, Chemaría.
La casa del yanqui le
decíamos porque el dueño era realmente de USA., Mr. Arturo Eagle; el papá de
Jimmy que perdió la razón. Este yanqui estaba casado con una familiar mía,
Manuela Urbina. En esa casa era donde estaban presos los guardias capturados,
los "orejas”; de alguna forma operaba como un comando. Ahí llegaba con
mucha frecuencia El Zorro. La dirección de la casa es de la esquina noroeste de
La Anexa una cuadra al oeste.
Ahí llegaba Marta Úbeda, Noé
Valenzuela, La Culebra; miré algunas veces a Juan Alberto Blandón, Froylán. El
jefe superior era el Zorro. Unos vecinos fueron hablar por un señor, que no lo
ajusticiaran y el Zorro ordenó que lo dejaran.
Para la retirada se nos
informa, a las 6 pm donde el yanqui. Mi padre, mi hermano, Ramón Centeno e
hijos (Wilfredo y Ramón Centeno Jr.);
vamos en una escuadra hacia el punto y nos comienza a disparar un franco
tirador. Mi padre, mi hermano y yo quedamos atrapados en ese fuego y se nos
hizo imposible llegar al punto acordado.
Llegó la EEBI con otros
guardias; disparando y gritando obscenidades. Iban con la tanqueta; tiraron un
tanquetazo en la casa de Don Cipriano Gutiérrez, a cuatro casas de mi casa,
hacia el este; por suerte no había gente en esa casa...
La guardia comenzó a
disparar a la orilla de las puertas….
A tod@s l@s que habíamos
quedado en esa cuadra nos llevaron al hospital en medio de ráfagas y maltrato
verbal, ponen aparte a los hombres y mujeres.
Íbamos, Don Pedro Raúdez ,
Felicita Centeno, Juan Urbina, Antonio Gutiérrez, Haydee Flores, Maura Rivera,
Doña María Olivas, Marlene Gómez, Elsa Olivas, Cándida Ruíz, Valentín Espinoza,
René Centeno, Chico Bizco y su esposa;
yo. Eran como las 9 de la mañana...
El resto es una odisea que
pasamos en el hospital, en la operación limpieza, con el Cherry. Llega un
hombre alto, chele, con gafas oscuras y uniforme gringo. Todo mundo pensaba que
era un doctor porque revisaba los codos y
si él entendía que había entrenado lo apartaban del resto de gente y
lo mataban. A nosotr@s nos salva porque había niños menores que yo; de 2, 5, 7
y 8 años, y ancian@s; y se compadecieron; pero la orden de ellos era matar a
medio mundo.
En el hospital trabajaba un
tío mío, Miguel Flores; era el de mantenimiento. Por medio de él pudimos ver a
una enfermera que creo se llamaba Cleotilde, la mató también la GN. Miré al
Doctor Selva; yo lo conocía bien porque estudiaba primaria con un hijo de él,
con Salomón. Miré también al fondo al doctor Dávila Bolaños; también lo conocía bien porque
estudiaba primaria con un hijo de él, el menor, (Alliam), con
él estuvimos en las manifestaciones del 77, éramos unos chavalos medio locos.
A don Pedro Raúdez, un señor
que era como mi padre, lo pusieron a excavar una gran fosa. Él nos contó que
por la tarde pusieron a vari@s a la orilla de la fosa, con la cara para atrás,
de espaldas, y los rafaguearon. Ahí fue donde asesinaron al doctor Dávila Bolaños
y al doctor Selva; a Cleotilde, Chico Bizco
y 9 más.
Se oían ráfagas, pero no
pude distinguir si era adentro o afuera, porque todavía se oían disparos
afuera; que hacían los EEBI.
Los guardias querían que las
mujeres se fueran para el colegio de las Monjas; ahí estaba la Cruz Roja
internacional. Las mujeres dijeron, si no se van los hombres no nos vamos, y la
CR internacional negoció con la guardia y nos mandaron al colegio. En ese tramo
capturaron a un muchacho Ingeniero que trabajaba en INVIERNO; lo mataron. Ese
muchacho se llamaba Denis Olivas.
En el colegio estuvimos tres
días.
Tenía 12 años. Todo esto ayudó a forjar el
carácter que tengo, de ser crítico y auto crítico... (4)
El
repliegue
Dice
Antenor: En esa situación sostuvimos una reunión, para
decidir qué hacer, y allí llegamos a la conclusión de que la única salida que
nos quedaba, era buscar cómo romper el cerco.
“Froylán” no puede estar en la
reunión porque había caído. Y “Rubén”, muy serenamente, pues en realidad yo
debo decir que, en todos los momentos en que estuve con él, jamás lo vi perder
la serenidad, en ningún momento, en ninguno, absolutamente en ninguno; muy
serenamente hizo un resumen de la situación y nos planteó la necesidad de
organizar la salida de todo el contingente y de la población que se nos iba a
pegar, que estábamos seguros. Porque debo hacerte una mención, la guardia
estaba dispersa en Estelí, pero se concentraba en las noches en cinco o seis
lugares, y como había ido tendiendo un cerco dentro de la ciudad, esa noche se
agrupó en varios lugares que mencionaste: La Escuela El Rosario, TELCOR,
etcétera.
Nosotros sabíamos que la gente de
todo ese sector de Estelí, que se ubica desde la carretera hacia El Zapote, se
iba a ir con nosotros, estábamos absolutamente seguros, y obviamente, no
podíamos dejarla, ni decirle que no se fuera con nosotros.
“El Zorro” mandó a hacer unas
exploraciones y determinamos que, en el sector sur paralelo a la carretera,
pero totalmente pegado a El Zapote, por ahí íbamos a romper, y efectivamente
por ahí salimos. La salida fue larguísima. Para que tengamos una idea de eso,
antes de oscurecer se tomó esa decisión. “El Zorro” decidió salir y nosotros
procedimos a organizarnos para la salida, divididos en la clásica forma: una
vanguardia, la más fuertemente armada; en el grupo del centro, los heridos, los
enfermos y los viejitos; y una retaguardia.
Nomás oscureció, comenzó la
salida; la salida de la ciudad que fue alrededor de las nueve de la noche. Para
que tengamos todos una idea de la dimensión de esa columna, a las seis de la
mañana, nosotros, la parte final de la columna estaba, lo más, a un kilómetro
de Estelí. De manera que el grueso de nosotros durmió en los alrededores de la
ciudad de Estelí.
Debo decirte que los helicópteros
de la guardia somocista sobrevolaron toda la mañana sobre nosotros, estando
acostados; es más, como no habíamos dormido ocho noches ni ocho días, noches
continuas, nosotros nos despertamos; digo nosotros, los que teníamos cerca, que
eran “Rubén”, la seguridad de “Rubén” y el grupo nuestro, como a las once de la
mañana de ese día, y nos despertamos porque un helicóptero está encima de
nosotros.
Prácticamente, en la salida no
tuvimos ninguna baja. Donde sí se produjeron bajas fuertes, fue a los dos días.
En la tarde del día siguiente, la Guardia nos atacó en Tomabú y nos hizo varias
bajas ahí, pero ya habíamos logrado muchas cosas, entre ellas sacar a los
heridos; eso lo organizó y lo ejecutó un amigo que conocemos todos: Orlando
Benavides, “Pancracio”.
Dice Mónica Baltodano: Dice “El Zorro”: “Salimos, aunque atrás quedaban “Froylán”, quedaba el
doctor Dávila Bolaños, capturado dentro del hospital y asesinado a balazos...
Quedaba mi tía Concepción Rivera, asesinada en su casita del Barrio El Zapotal,
por pura venganza contra mí”.
El doctor Dávila Bolaños no quiso
dejar ahí a los heridos, fue asesinado por guardias de la EEBI bajo las órdenes
del Chigüín.
(El 11 de abril 1979,
cae en la insurrección de Estelí el militante sandinista Juan Alberto Blandón (Froylán).
El 12 de abril 1979, son
asesinados el Dr. Alejandro Dávila Bolaños, el Dr. Eduardo Selva y la enfermera Cleotilde Moreno. La noche del 13 de abril de 1979 se
produce el repliegue. )
(Mercedita recuerda aquel abril con esa claridad que tienen las memorias dolorosas. A su esposo lo sacaron del quirófano cuando estaba operando a un joven herido, durante la insurrección de Estelí, en 1979. Lo fusilaron a una cuadra de su casa y en plena calle la Guardia hizo una hoguera con su cuerpo.) (Alejandro Dávila Bolaños ‘El doctor de los pobres. Desconozco’ el autor.)
“En abril del 79 fue el
primer repliegue que se dio en Nicaragua. El Zorro evacuó a casi tres mil
personas de forma silenciosa, y burló tres cinturones de guardias (somocistas).
Fue una organización enorme”, precisó Francisco
Valenzuela. (3)
Dice
Manfut: La retirada se hizo por el Barrio El Calvario, pasando
detrás del Instituto Nacional, hasta cruzar la carretera panamericana y
atravesar la quinta de La Barranca a escasa distancia del cerco que había
levantado el enemigo, continuando en dirección sureste hacia el Cerro Tomabú
aproximadamente a unos diez kilómetros de Estelí frente a la Comarca Santa
Cruz.
Más de un millar de estelian@s
dando muestra de valentía, arrojo y coraje revolucionario abandonaron la ciudad
al lado de l@s combatientes sandinistas, burlando el cerco genocida. En este
lugar se improvisa un campamento, se forman escuadras de aprovisionamiento, se
montan emboscadas para garantizar la seguridad del centro de operaciones y se
empieza a evacuar a los heridos hacia otros puntos que ofrecieron mayor
seguridad.
En El Tomabú se da cierta
depuración y se envía a algun@s compañer@s a Estelí para restaurar el trabajo
urbano que se había caído debido a la insurrección de Septiembre, por otro
lado, otros compañer@s desplazad@s a Managua y otros lugares del país para
integrarse a las columnas urbanas a fin de realizar trabajos de correos,
abastos etc. No obstante la mayor parte de las personas que salieron de Estelí
se quedaron en la guerrilla. (5)
El
14 de abril se da una masacre a l@s compas que se habían
quedado en lo que ahora es el panteoncito.
William Javier
Castillo Valdivia (Vladimir):
Yo estuve con Filemón Moncada, Tobías Gadea y Germán
Pomares en Honduras
En la segunda toma de Estelí (abril
1979) salimos 14 combatientes heridos de gravedad en diferentes acciones
combativas, nos llevaron cargando en hamacas y una que otra camilla, digo 14
heridos por qué esa cantidad de heridos es la que amanecimos en el cerro Tomabú.
Rubén nos comunica que el Jefe
de la Columna Filemón Rivera es Pedrito el Hondureño y Antenor Rosales el político,
manda a los heridos que tienen menos posibilidades de vivir a una casa de Zinc,
ahí mismo en el cerro Tomabú, uno de los heridos más grave creo que era Asbel García,
hermano de Never (Joaquín), ahí en esa casa metieron a los más graves, yo no
entro a la casa porque en ese momento me estaban extrayendo la bala de la
pierna, tampoco entró una cra. de seudónimo Regina y creo que dos heridos más, después
que me sacaron la bala, me entablillaron la pierna. Rubén estaba cómo a 50
metros de nosotros, ahí, también junto a nosotros estaban Pedrito el Hondureño
y Antenor Rosales.
Como a las cinco de la tarde
estalla una Granada de mortero a la orilla del campamento y toda la gente sale
corriendo buscando cómo protegerse de la lluvia de balas de las ametralladoras,
ahí solo nos quedamos disparándole a la guardia, Antenor , Pedrito , dos compañeros más, y yo, porque estaba herido no me podía mover, y ahí
me vuelven a herir, a mí se me terminan las balas, le digo a Pedrito q no tengo municiones, ya
Antenor no está, y solo están disparando dos de los cinco que estábamos.
Pedro me ayuda arrastrándome
unos treinta metros, le digo q estoy herido y me dice no podemos detenernos
mano, él sigue disparando y llega la Karina, no recuerdo el nombre de ella, es
de apellido Ubau, yo la conocía porque era la novia de mi primo Ulises Castillo,
increíblemente ella me arrastro cómo un kilómetro, después otra compañera cómo
500 metros más, ahí quedé desmayado en un zanjoncito, al día siguiente me
encontraron Chemaría, Franklin y Pancrasio (Orlando Benavides); cuando me
hicieron volver en sí ya estaba en Tres Esquinas, creo que se llama el lugar, y
me dice Pancrasio, bueno Vladimir, aquí todos están heridos, milagrosamente la
guardia no entró a la casa de zinc donde estaban los otros heridos; yo solo
pedía agua y agua y agua, al día siguiente se apareció Francisco Machado Martínez y me dio una bolsita de galleta
salada, y me dice hermano estás vivo , si
le digo, pero si no me das otra bolsita de galleta mañana amanezco muerto y me
dio las galletas que a él le correspondían.
Pancrasio organizó un
operativo con Chemaría y Franklin y recuperaron una camioneta y consiguieron
una casa de seguridad donde la familia Laguna Benavidez, en Las Cañas, la Sarita Laguna era
enfermera en el Hospital de la Trinidad, ella nos curó a todos sin excepción, Pancrasio
puede contar mejor esta historia, está familia nos salvó la vida , apenas
pudimos caminar hicimos el campamento en el cerro de las cañas, de ahí nos
unimos nuevamente a Pedrito y nos tomamos San Isidro, lo dejamos liberado y
regresamos al asalto del cuartel de Estelí, Pancrasio o Chemaría deben de tener
los nombres y seudónimos de todos los heridos. (6)
Fuentes:
1)
Testimonios
de combatientes y colaboradores del
Frente Sandinista de Liberación Nacional
2) La difícil insurrección de abril.
3) Estelí:
¡Tres veces heroica, 35 veces victoriosa!. El 19 digital.
4)
Testimonio
de Jorge Antonio Gutiérrez
Flores:
5) Manfut.
http://www.manfut.org/museos/guerra_esteli78.html
6) William Javier Castillo Valdivia (Vladimir)
6) William Javier Castillo Valdivia (Vladimir)
La Divinidad nos bendice siempre.
La Divinidad es en nosotros/as
Somos la Divinidad
Somos Uno
Byron Picado Molina
SOCIEDAD BIOSÓFICA NICARAGUA (SBN)
Helena Petrowna Blavastky
"La Espiritualidad más expandida es el AMOR en VERDAD iluminado
con Valores aplicados"
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