El teatro popular explora nuevos caminos

Tecum Umantii y Adinja, pioneros en la aplicación del cooperativismo

Gerardo Molinares

END - 19:22 - 31/05/2010

A las tres de la tarde llegó la camioneta encarpada, porque hacia el norte se ve que la lluvia es inevitable. Tras parquearse, las muchachas (os) empiezan a acomodar la utilería, las maletas del vestuario, la poca y rústica escenografía teatral. Luego ubican sus equipajes personales creando las condiciones apropiadas para recostar sus cuerpos para un largo y cansado viaje. Las guitarras van cuidadosamente guardadas detrás del asiento de la cabina, el acordeón y la grabadora, como dos niños mimados, chineados. La camioneta arranca y empiezan los chistes, las bromas y las conversaciones que no cesan a lo largo del viaje.

Así arranca una de las tantas giras artísticas de la Compañía Teatral Campesina Tecum Umanii, en sociedad con ADINJA, por los municipios de Waslala, Rancho Grande, El Tuma, La Dalia, Pancasán, San Ramón, Matagalpa, Estelí, Pueblo Nuevo y Jinotega. Estos grupos teatrales campesinos de San Ramón (Tecum Umanii), Boaco y Camoapa (ADINJA), llevan la misión, a través de sus obras de teatro, de generar procesos de sensibilización, a través de la reflexión y análisis de la problemática de las cooperativas agropecuarias.

Después de dos horas y media de viaje, y con el bautizo anunciado de un chaparrón de agua, el grupo llega a Rancho Grande, zona donde se harán tres representaciones de la obra teatral. Después del merecido descanso de la noche, salimos a las siete de la mañana para Yahosca Central. Aquí en este lugar ya estuvieron los dos grupos de teatro con la obra "Funerales en el Porvenir" y se presentó en la sala de una casa del líder de la comunidad, pero ahora la escenografía es más grande y decidimos instalarnos en uno de los costados de la capilla católica debajo de unos árboles, porque el sol empieza inclemente. Como siempre, la gente llega una hora después, vienen de siete comunidades. La mayoría han estado integradas en la Cooperativa Ríos de Agua Viva.

Rompiendo el hielo

La mayoría llega por primera vez, no nos conocen, ni nos tienen confianza, se sitúan de manera dispersa, viendo los toros de largo. Por esta razón los actores y el director inician el trabajo del día con actividades lúdicas. Se explica que el objetivo de esta actividad es crear un clima de confianza entre socios y actores para el trabajo del día. Todo el elenco teatral se integra a los juegos y dinámicas, la gente se anima. Siempre hay algunos que tienen mucha timidez y toman distancia. ¿Qué es eso de jugar? Pero una vez que empiezan no paran de reír, de correr, de tomarse de las manos, de mezclarse y relacionarse con los artistas de teatro. Es una sesión de casi una hora, pero ya estamos en condiciones anímicas para la segunda fase: la obra.

Antes de pasar a la última tarea del día, el director hace una breve introducción. La obra "Los Principios... No son al final", se titula así porque el cooperativismo en Nicaragua se ha puesto la carreta delante de los bueyes: este modelo se vio como una estrategia para hacer del campesinado un bastión político partidario; una alternativa para impulsar y acelerar el desarrollo económico del campesinado y del país; y una forma idónea de facilitar el acceso de la gente del campo a los beneficios sociales. La educación y la formación en cooperativismo se implementó de manera marginal, los valores y principios cooperativos se dejaron al final, o mejor dicho un después que nunca llegó.

Estudiando la obra

Con la obra llegamos al medio día, las personas participantes las dividimos al azar en siete grupos focales para trabajar los contenidos. En algunos grupos sólo estaban hombres, en otros sólo mujeres, otros mixtos, pero en todos la presencia de los jóvenes era muy pobre. A cada grupo se integró un miembro de los grupos teatrales para facilitar el proceso de reflexión. En estos grupos pequeños la gente se siente con la suficiente confianza para hablar de los problemas de la cooperativa y de las comunidades. En cada grupo todos participan, alguien va escribiendo las ideas, aunque muchas nos las escriben en los papelones como lo dicen y por temor omiten muchos aspectos delicados.

Casi todos, simultáneamente, terminan su trabajo, que les ha llevado una hora completa. A dos grupos les faltó el tiempo, pero el hambre y el placer de haber concluido en los otros grupos, les provoca cierta presión y aceleran su proceso.

El grupo que va concluyendo va pasando a almorzar. La reflexión sigue fuera de los grupos, muchos están motivados con los temas y en voz baja abordan lo que no se pudo decir en su grupo de trabajo. Para muchas personas es primera vez que se habla de valores y principios, pero desde su práctica muchas cosas son un hecho cotidiano como la solidaridad y la ayuda mutua.

Ya hay confianza suficiente para que a aquellas personas extrañas que llegaron en la mañana, no sean obstáculo y se enteren de los problemas, los aciertos y desaciertos que tienen en las cooperativas. Los grupos hacen sus exposiciones en orden, principio por principio, valor por valor. Cada exposición va despejando el camino para sacar a luz una realidad muy compleja: hay mucha desinformación, bajos niveles académicos, mucha timidez, pasividad, conformismo, resignación, desconocimiento de valores y principios cooperativos, poco funcionamiento de los órganos de la cooperativa, falta de aplicación de los estatutos y normas, desconocimiento de la Ley, oportunismo e individualismo, desconfianza hacia sus líderes y autoridades.

De otro lado, abuso de poder y autoridad, actos de corrupción, un liderazgo tradicional, pocas mujeres y pocos jóvenes integrados a la sociedad de la cooperativa. Pero no todo es negro, la gente está organizada, quieren sacar adelante sus cooperativas, hay gente con un buen espíritu de cambio, están produciendo y comercializando sus cosechas, y en muchas cooperativas son palpables los logros sociales y económicos.

Los grupos de teatro desembolsan sus guitarras y cierran la actividad con sus canciones sobre medio ambiente, cooperativismo u otros temas de interés comunitario.

Los grupos, como un ritual que va a ser cotidiano en toda la gira, acomodan sus herramientas de trabajo en la tina de la camioneta y se preparan para viajar de regreso a Rancho Grande. El trabajo no termina aquí: hay que hacer una memoria individual y tomar las notas más importantes del día para un informe final.

De esa manera en un mes de trabajo, este proceso de educación se ha aplicado a 514 delegados y delegadas de 103 comunidades, de 20 cooperativas, de 8 municipios del norte y de las Segovias.

Los artistas de Tecum Umanii y ADINJA, regresan agotados, pero después de realizar 14 actividades, han adquirido conocimientos sobre cooperativismo, sobre la problemática de las organizaciones campesinas, y han obtenido los insumos de primera mano para mejorar el contenido y la calidad.

http://www.elnuevodiario.com.ni/variedades/75617

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