Hadanas inquietudes



 
 
Hadanas inquietudes

Margot, la grácil hada, miro al OVNI con extrañeza. Ésta no era una nave común como las otras que había visto en tiempos anteriores ya que tenía luces de todos los colores y creaba patrones de figuras especiales que se proyectaban en hologramas definidos sobre un campo magnético impreciso y variable.

El hada se acercó lentamente, a vuelo rasante, y se posó delicada en la ventana delantera del artefacto. Observó con mucha atención al interior y pudo detectar a dos humanas que tomaban un líquido café oscuro y humeante que acompañaban con pequeños postres redondos que degustaban con sumo deleite. Afinó sus oídos y esto escuchó: Estas rosquillas las compré en Somoto hace dos años y las he conservado cuidadosamente para esta ocasión especial en que arribamos a este pequeño planeta, el X37OOY. Café de San Luis con rosquillas somoteñas son nuestra celebración. Quien esto decía daba la impresión de ser la jefa de la nave. Otro humano llegó desde atrás y ya eran tres. Seguían concentrados en su ritual, sonreían y conversaban satisfechos.

Margot se fue veloz hacia la ceiba gigante, sobrevolando sobre el espeso bosque hasta llegar hacia la cima y preguntó a un hado soldado que vigilaba la copa: ¿Está nuestra hada reina?, es urgente hable con ella, tengo noticias importantes que darle. El soldado respondió, bastante serio, de que la reina aun dormía y que no se debía despertar por ningún motivo. El hada trato en vano de explicar sus razones pero el vigía no quiso creer de que un OVNI había aterrizado cerca del chilamate mágico y mucho menos de que los humanos existiesen y pudieran tripular naves con ese tipo de tecnología, esas eran leyendas de cuando el reino se desarrollaba en la ignorancia. Desconsolada la doncella se fue para su árbol, un hermoso madroño florecido, tendría que encontrar una manera de avisar a la reina del suceso del cual había sido fiel testiga. Luego de descansar unos minutos en la corola de una flor se fue hacia el sitio donde había visto el aterrizaje pero no encontró nada, ni una sola huella, nada de nada, el sitio estaba como siempre había estado. Se desconcertó.

Pasaron los días y todo continuaba normal dentro del bosque, ya no sabia si había soñando o había visto esa bendita aparición. Comenzó a desconfiar de todo, no sabia que era ya la realidad. La vida se le hacia confusa. Tomó la decisión de guardar este suceso en lo más profundo de su pequeño corazón y no comentarlo con nadie, no quería arriesgarse a que dijeran que había enloquecido. Una hada demente no era una buena habitante de los bosques, se decía, debí de estar soñando, eso fue, las cosas no son lo que parecen, cuando uno menos espera alucina y cree ver las cosas y hasta tocarlas, debo de ser más precavida, se aconsejaba silenciosa mientras de flor en flor recolectaba néctar para elaborar los vinos para la casa real. El bosque lucía sus maravillas diarias, todo estaba cubierto de fina poesía, era el reino de la felicidad, mundos reales, cosas constantes y sonantes, el mundo cotidiano de las hadas en el reino de Sok, el resto es ilusión, cuentos de fantasías, mitología antigua, Margot se repetía y repetía, lo quería creer pero aún no.

Byron Javier Picado Molina.
21 julio 2012.
6:50 p.m.
 
 
La Divinidad nos bendice siempre.
La Divinidad es en nosotros/as
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Byron Picado Molina
SOCIEDAD BIOSÓFICA NICARAGUA (SBN)
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"La Espiritualidad más expandida es el AMOR en VERDAD iluminado 
con Valores aplicados"
Estelí,Nicaragua.
América Central
 
 
 
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