Mensajería encubierta
A Gabriela Aragón
Me paseo en los versos disparados
desde las hondas lejanías, sin tiempo,
visiones interiores de úteros terrestres
embonados del todo en sincopadas torres aleatorias.
Imaginación invaginada en espesuras,
calientes doctrinas solapadas
en rigores científicos y flamas
de escritoras ardientes contenidas.
Y miro luego existo,
actúo luego existo,
1 no niega a dos
y 2 por 3 son 38,
si la luna está tierna
y se conjuga en los catetos
de traslúcidos sueños.
Los sofismas del tiempo
dibujan algorítmos
soslayando arcoíris…
Estallidos de frutas
en cósmicos orgasmos
de desvaríos tiernos,
sinapsis neuronales sentenciadas a besos
en calipsos dispersos, remolinos,
octógonos vivientes tras las puertas
de púberes sensibles al ocaso.
Los pulpos con hormonas revueltas
se tejen en la luna enmarañada
con cinturas de flores
y nítidos revuelos de nostalgias.
Toneladas de besos en contumaces vientres,
arcaicos senderos profanando la noche
de amantes furtivos en pistilos lascivos
con capullos de chips y osamentas de fuego
en racimos de embrollos solapados.
Enjugo meteoros en ensueños,
calesitas desbordadas en torrentes
en protestas armadas de esperanzas.
Y es un juego cruel,
las ganas de ser buenos
y morir, a como debe ser,
con la sonrisa desplegada,
Tu en mi y yo en el poema que eres Tu
sin dejar de ser yo,
fuerza de Dios.
Byron
Estelí, 27 mayo 2011.
9:57 a.m.
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