El rostro de Igor
Úbeda
en cada militante
del FSLN
14
mayo 2019
Por María Jesús
Úbeda Herrera
Hace 49 años, el 15 de mayo de
1970 saltó en el noticiero de la tarde de Radio Mundial un "última
hora" que se repetía con el característico piripipí que parecía
interminable y que denota que a continuación se va a anunciar un suceso de
importancia. La zozobra era angustiosa pues los tiempos que corrían en
Nicaragua eran de represión, persecuciones y muertes; por fin saltó la noticia
y la puñalada llegó directo al corazón de mi mamá, de mi papá y todos nosotros
sus hermanos y por qué no decirlo, de un gran sector del pueblo nicaragüense
que estaba harto de tanto crimen y abusos: "El guerrillero muerto esta
tarde es Igor Úbeda Herrera"
¿Y quién era este
muchacho?
"Era de Estelí. De allí es donde ha salido el
mayor número de guerrilleros. La convicción política los ha llevado a tomar las
armas, e incluso a aceptar la muerte". Con este párrafo termina
la columna escrita en la página 8 de un diario de circulación nacional del 16
de mayo de 1970, que dedicó la página completa a la noticia de la muerte el día
anterior del guerrillero esteliano, acompañada de 4 grandes fotografías en cuyo
titular ubicado al centro de la misma y destacado en color rojo se lee: "GUERRILLERO SORPRENDIDO"
¿A quién se refería este periodista que no firma su artículo y
que para los que somos de la época no es de extrañar el por qué?
Hablaba de Igor Felipe Úbeda
Herrera, un joven de apenas 21 años, espigado, moreno, de grandes ojos
color castaño, pelo ligeramente ensortijado, de carácter afable, deportista,
más identificado con la vida campesina que con que con las actividades festivas
y de diversión de los muchachos de la ciudad contemporáneos suyos.
El periodista anónimo hablaba de un niño que nació un 28 de julio de 1948 en una
pequeña comunidad llamada Plan Grande
(Valle de San Roque) Era el quinto hijo del matrimonio de Luis Felipe Úbeda Úbeda e Isidora Herrera
Osegueda.
Su niñez la vivió en esa
fresca y brumosa comarca, compartiendo sus juegos y vivencias con los otros
niños campesinos del lugar. A la edad de siete años toda la familia se traslada
a la ciudad de Estelí con la finalidad de que Igor y sus otros hermanos
estudiaran; pero los fines de semana regresaban para realizar labores del campo
lo que propició que el contacto con la vida pobre del campesino trabajador no
se perdiera.
Su educación primaria la cursó en la Escuela de Varones, hoy
Sotero Rodríguez, luego pasó a la Escuela Normal de Estelí, donde estudió su
plan básico; como no se inclinaba por el magisterio se trasladó a seguir su
bachillerato al Instituto San Francisco, donde tuvo como maestro al poeta
"Héroe y Mártir" Leonel
Rugama. Indudablemente Leonel, como buen maestro, no se limitó sólo a
dictar lecciones de su asignatura, sino que fue más allá, regó la semilla del
despertar de conciencia de la realidad nacional y en Igor encontró terreno
fértil, pues desde muy niño manifestó sus inquietudes revolucionarias ya que le
gustaba oír de boca de su madre los relatos de la vida y lucha del General
Sandino, historia que en parte ella vivió en las comarcas aledañas a San Rafael
del Norte.
Su primer contacto formal para ingresar al FSLN fue con José Benito Escobar en 1968, quién organizó una célula
compuesta por Igor, Armando Aguilera,
Salvador Loza (Martín), Juan Alberto Blandón, Filemón Rivera y otros para
estudiar y entrenarse militarmente.
Para los entrenamientos militares se trasladaban a nuestra finca
en el Plan Grande.
Sus primeros trabajos partidarios fueron "legales"
(así se les llamaba a los que todavía no estaban en el clandestinaje): Llevaba
correos, realizaba operativos en otras ciudades y después regresaba a Estelí a
la legalidad. Bajo este método de trabajo, junto con Enrique Lorente y otro compañero realizó una recuperación económica
en la licorera Santa Cecilia.
En diciembre de 1969, Enrique Lorente, Roger Núñez y José
Benito Escobar estaban operando clandestinos desde la casa de Igor, pero su
presencia en Estelí fue denunciada y tuvieron que partir y con ellos se fue
Igor un 17 de diciembre de 1969, comenzando así su vida clandestina.
En los primeros días de enero de 1970, junto con Leonel Rugama
realiza una recuperación económica en una sucursal bancaria de León.
Después de este operativo fue enviado a una misión a la montaña
y luego regresó a Managua y se ubicó en la misma casa donde el 15 de enero
muriera combatiendo Leonel Rugama y resto de compañeros.
Igor logra salir junto con Salvador Loza en una moto y tomaron
rumbo a Estelí, se quedaron escondidos en Santa Cruz. Con el chofer de un bus
en el cual confió mandó un recado a su familia, pero al parecer la noticia se
filtró porque al día siguiente la guardia peinó la zona.
De ahí salió por veredas a La Trinidad, iba herido en un pie,
permaneció oculto en la casa de unos familiares a los cuales les contó toda la
odisea vivida desde la muerte de Leonel.
El 19 de febrero de ese mismo año estando en misión en Estelí
pasó por la casa de su hermana Olga que vivía un tanto alejada del centro de la
ciudad y mandó a llamar a su mamá para verla.
Esa entrevista fue muy
dura para su madre y para él. Ella que sentía en carne propia el dolor de doña
Candidita Rugama, le pidió que lo pensara bien y que si quería que abandonara
la lucha, que saliera fuera del país y él con la convicción y la generosidad de
su juventud le dijo: "Mamá Tenés diez hijos, donale uno
a la patria". Fueron unos pocos momentos porque pronto
pasaron a recogerlo otros compañeros de lucha y entonces Igor le dijo: mamá,
estos también son tus hijos y cuando veas a un compañero del FSLN me verás a
mí.
El 21 de febrero de ese mismo año, en ocasión de conmemorar otro
aniversario más de la muerte del General de Hombres Libres, participa en la
toma de Radio Mundial y pasan un comunicado del FSLN.
El primero de mayo visitó en Managua a su hermano Ronaldo y le
pidió que comprara el libro La Madre de Máximo Gorki y
que se lo entregara en su nombre a su mamá el día 30 de mayo, ya que para él
era imposible llegar a darle un abrazo personalmente.
El 15 de mayo de 1970 a eso de las 3 de la tarde, Igor Úbeda, Julián Roque, Leopoldo Rivas,
Oscar Benavidez y Emmet Lang, intentan una recuperación económica en la
sucursal Bóer del Banco Nacional para el sostenimiento de la lucha; Igor logra
herir al guardia nacional que custodiaba la sucursal, pero no logran su
objetivo.
El mismo artículo que cité al principio en otro párrafo dice
textualmente:
"El asalto había
fracasado. Una vida más se perdía en aras de los ideales que persigue la
agrupación política a que pertenecía Igor" (FSLN)
«Sus ojos estaban abiertos, perdidos en la inmensidad de la
muerte. No se los cerraron sino hasta que lo hicieron sus familiares en Estelí»
«Otro más que cae… una nueva
familia que llora por dentro»
Al igual que
Pavel el joven protagonista de la novela de Gorki, Igor no sólo logró
influenciar a su madre para continuar la lucha que él comenzó sino también a
sus hermanos y hermanas a su sobrino mayor Donoso Zeledón Úbeda y a muchos
otros familiares y amigos, logrando un cambio radical en sus vidas.»
Recuerdo que
cuando su cadáver estaba ya en nuestra casa dentro de su féretro, se acercó
nuestro hermano Juan José (cuatro años menor que él) y le colocó entre sus
manos un papelito doblado, todos intuimos que se trataba de algún juramento o
promesa de seguir su lucha y en efecto, el tiempo nos dio la razón.
Desde ese
momento, el juramento de Juan José fue de todos, no quedó uno solo de los
hermanos sin integrarse, así patentizamos a Igor la comprensión de su causa y
el respeto y reconocimiento a entrega generosa. El corazón de nuestra madre ya
no sólo sufría la muerte de Igor, sino que albergaba la certeza de volver a
abrazar a sus otros cuatro varones clandestinos. Las cinco mujeres junto con
ella, disciplinadamente cumplíamos las tareas que la organización nos demandaba
desde la legalidad.
Una tarde, visitando el
pequeño museo de los Héroes y mártires de Estelí me encontré entre las
pertenencias de Igor un poema dedicado a él, ya borroso por el tiempo, escrito
en la cárcel modelo por el Comandante Tomás Borge en ocasión de un aniversario
de la muerte de Igor.
Lo transcribo,
aunque no estoy segura si quien lo escribió a máquina omitió algo:
A IGOR
Un disparo y antes de caer
una última mirada al mundo,
a la conciencia de los
culpables,
a las excusas de los otros
culpables.
Y cuando cerró los ojos
nos dimos cuenta que en algún
jardín, algún día,
las flores rojas, las azules flores,
los ojos brillantes, el paso firme,
el firmamento de las cosechas,
la posibilidad de los violines,
el sabor de naranjas y pieles
nuevas es parto doloroso,
alegre, inevitable.
Y cuando cerró los ojos
nos dimos cuenta que en algún
jardín, algún día,
las flores rojas, las azules flores,
los ojos brillantes, el paso firme,
el firmamento de las cosechas,
la posibilidad de los violines,
el sabor de naranjas y pieles
nuevas es parto doloroso,
alegre, inevitable.
Tomás Borge, Cárcel Modelo.
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