PRIMERA INSURRECCIÓN DE ESTELI.
SEPTIEMBRE 1978
Byron Javier Picado
Molina
Estelí, Nicaragua.
9 septiembre 2015.
2 octubre 2015
Introducción
Este es un escrito preliminar que
presento a ustedes como un humilde homenaje a l@s participantes heroic@s en
esta gesta libertaria.
Si tienes alguna información es
bienvenida para incorporarla al documento final.
Preparando
condiciones
Francisco Rivera Quintero; jefe del
Frente Norte Carlos Fonseca Amador (FNCFA); en junio de 1978; llega a Estelí
procedente de Managua, donde se reunió con Joaquín Cuadra y lleva consigo el
plan integral insurreccional. Manda a llamar a Facundo Picado (Martín), José del
Carmen Aráuz (El Segoviano) y a Elías Noguera (René). Los cuatro conforman
el Estado Mayor Insurreccional Tercerista en Estelí. (Elías Noguera) (1)
Dice Julio Ramos (13)
(Guerra Popular Prolongada, GPP): Cuando ustedes
llegaron en junio (1978), nosotros empezamos a reforzar desde el campo el
trabajo de la ciudad de Estelí. Trasladamos a Antenor Rosales porque estaba
enfermo, y se le dejó reforzando el trabajo en la ciudad que estaba bajo la
responsabilidad de Felipe Sáenz, pues Felipe Escobar había caído preso. (1)
La columna guerrillera Jorge Sinforoso
Bravo (Tercerista); Frente Norte Carlos Fonseca Amador (FNCFA); se encontraba
en la cordillera de Dipilto, Nueva Segovia; ‘al mando de Facundo Picado y del
segundo jefe, Elías Noguera. (Elías Noguera) (1)
En septiembre de 1978 bajan
guerriller@s Terceristas de esa columna y se esconden en casas de seguridad que
había en Ocotal. Después se organizan de dos en dos y salen de forma
escalonada, de civil, para Estelí. En buses colectivos. 25 guerriller@s
se esconden en casas de seguridad. (2)
Dice el doctor
Alejandro Dávila Bolaños : Cuando fui arrestado
el día miércoles 6 de septiembre del año en curso de
1978; cumplíamos 13 días de estar en huelga patriótica como
consecuencia del Paro Nacional que el pueblo, los sindicatos,
los partidos políticos, los profesionales, comerciantes, banqueros y demás
fuerzas vivas del país habían decretado contra el régimen dinástico somocista
que por más de 44 años gobernaba a Nicaragua, llevándonos desde el primer
momento al caos administrativo donde el peculado, el latrocinio y el desorden
fue la tónica imperante, agravada en los últimos tiempos por el desmedido afán
de lucro de la inmensa mayoría de los altos miembros del Ejército que no
paraban en mientes para sacar dinero a los ciudadanos que por desgracia caían
en sus manos.
La captura sorpresiva, las redadas
contra los estudiantes, el asesinato político contra cualquier ciudadano que
tuviera el coraje para denunciarlos, la desaparición de centenares de
campesinos que en una u otra forma expresaran su inconformidad ante el régimen,
la tortura brutal y violenta, las muertes misteriosas de prisioneros en las
cárceles, las violaciones de mujeres, la mutilación y aún la castración de los
reos, etc., impulsaron a toda la ciudadanía nicaragüense a perder el miedo y la
vergüenza ganando la calle y, exigiendo valientemente la renuncia del tirano
para instaurar un nuevo gobierno responsable con el respeto y la dignidad
humana.
Nosotros como ciudadanos conscientes,
acordes con la ideología política de izquierda, miembro de un partido progresista
y revolucionario, perteneciente a una comunidad que siempre se había
caracterizado por su rebeldía y audacia para manifestarse contra la dictadura,
no vacilamos en tomar parte activa; organizando y dirigiendo en primera línea
el Paro Nacional en la ciudad. Para ello contamos con el apoyo directo de los
estudiantes de Secundaria, asociados en una agrupación denominada AES, los
cuales, desde el mes de enero, cuando el primer Paro desplegaron una
extraordinaria actividad de agitación y concientización en todos los sectores
sociales, que hizo posible la unidad monolítica en toda la ciudad, cuando se
decretó el Paro Nacional en agosto, y luego en la Guerra contra Estelí, en la
tercera y cuarta semana de septiembre de 1978. (3)
Listado de
la columna guerrillera, Jorge Sinforoso Bravo, que entró a Estelí y
participó en la insurrección de 1978(Terceristas):
1) Francisco
Rivera Quintero. Miguel Ángel. De Estelí,
2) Facundo
Picado. Martín. De Matagalpa
3) Elías
Noguera. René. De Boaco
4) Carlos
Suárez. Güandique
5) Denis
Peralta Hernández. El Toro
6) Ramón
Augusto López. El Coronel.
7) Teodoro
López. Pedrito. Cayó en Estelí 78, primera baja.
8) Armando
Elizabeth Jiménez.
9) Julio
Ponce Espino. David
10) Lester Ponce
Silva. Mauricio
11) Violeta
Jiménez. María. De Jalapa.
12) Prudencio
Serrano. Oscar
13) José del
Carmen Arauz. El Segoviano. De Santa Cruz, Estelí,
14) Juan Alberto
Blandón. Froilán. De Estelí.
15) Francisco
Paz Gómez. Marcio
16) Juan
Maldonado. Daniel
17) Enrique
Moncada López. Julián
18) Luis
Hernández Marín. Luisón
19) Roger
Aguirre Ruíz. Augusto. De Ocotal
Se quedaron en Ocotal para hostigar a
la GN
20) Jaime
Agurcia Moncada. Miguel Ángel.
21) Donato
Agurcia. Róger
22) Santiago
Fajardo. Leonardo
23) Alfonso
Sandoval. Sergio
(Según
Róger Aguirre Ruíz. Augusto.) (2)
¿Eran 25?
Dice Róger Aguirre Ruíz, (Augusto).
Tercerista: Yo quedé ubicado en la casa de seguridad de los Toruños; el
compañero que quedó ciego y ahora vende lotería (Bayardo Caldera
Toruño). Un poco después de las doce de la noche, el domingo 10 de
septiembre 1978, nos reunimos tod@s, donde los Toruños (Del actual Textiles
Canaán 2 y media cuadra a la carretera, Casa de Corina Toruño). Salimos
formados, junt@s, y después nos dividimos por barrios. El ataque se da como
entre la una y las dos de la mañana.
Íbamos como 10 en ese grupo, al mando
iba Rubén. Éramos los que íbamos a atacar el comando de la guardia somocista;
en los otros grupos iban René y El Segoviano. Nos fuimos a pie por todo el
centro de Estelí, claro que camuflados. Los que estaban en Estelí, no andaban
con nosotr@s como columna, a como el resto de l@s compas de Estelí que estaban
organizados en el FER y en las células de la GPP.
¿Factor sorpresa anulado? No, ese era
un puesto de contención e igual al que se puso al norte a cargo de Facundo
Picado; y creo que René iba atacar por el costado norte y nosotros por el
costado sur, y los que hieren a Rubén fueron dos guardias emboscados en la
gasolinera ESSO, que quedaba al frente del comando. Rubén los aniquila. Se
combatió, pero nos retiramos al aclarar el día. (2)
Según el comandante guerrillero Elías
Noguera, se dividen en cuatro grupos Terceristas (1):
1) El
primer grupo al mando de Miguel Ángel, Francisco Rivera Quintero. Con cinco
combatientes se sitúa frente al comando de la guardia.
2) El
otro grupo al mando de Facundo Picado que se va a la salida norte de Estelí
para contener a la Guardia Nacional (GN); que podía llegar de refuerzo del
norte; Ocotal, Madriz y Condega. (¿En las Mesitas?)
3) El
tercero al mando de Elías Noguera, con 4 combatientes. …
4) El cuarto
grupo al mando de El Segoviano. Se ubica por Santa Cruz con instrucciones
de insurreccionar a esos pueblos y caerle a La Trinidad; para que sirviera de
contención de la Guardia que viniera de Matagalpa o de Managua.
Estaban armados con carabinas M1, fusiles Fal, un G3, una Thompson,
escopetas 12 y una ametralladora. (2)
Se les fueron uniendo, en Estelí, como
combatientes; pobladores que ya estaban organizad@s en diversas estructuras de
apoyo en la ciudad y otr@s simpatizantes espontáne@s.
La columna General Pedro Altamirano
(GPA) entra desde la Estanzuela, Estelí; por el barrio el Zapote. Tendencia
GPP. Al mando de Julio Ramos (13); con 30 combatientes. (1)
Dice Julio Ramos: Tod@s preparad@s militarmente y con unas
veintiuna armas largas.
(¿Con ellos Dominga Rivera (Arlen)?) (1)
Entran 25 Terceristas más 31 GPP; 56
combatientes; y luego se les agregaron otr@s combatientes que estaban en la
ciudad, más voluntari@s.
El día sábado 9 de septiembre 1978, al
atardecer, están l@s guerriller@s en Estelí; escondidos en casas de seguridad,
otr@s más van llegando por la noche.
Inician
los combates
Dice el doctor
Alejandro Dávila Bolaños: A las 5:40 am del día
domingo 10 de septiembre comenzó la Guerra de Estelí. Se inició con un fuerte
ataque al cuartel que desde ese momento se vio asediado por los muchachos del
FSLN y por la inmensa mayoría del pueblo joven esteliano. Yo sentí una
fuerte detonación y acto seguido una serie de débiles descargas de rifles que
continuaron durante todo el día. La guardia no pudo salir más allá de los
límites del edificio, contestando con baterías de grueso calibre. (3)
(‘Había más de 600 guardias armados con
rifles Garand, fusiles automáticos, bazucas, morteros, ametralladoras.’
– Y nosotros, parapetados afuera,
éramos sólo 11 --narró “El Zorro”.) (4)
Algunos
nombres de GN en Estelí, sept. 1978
El Comandante de turno, Coronel
G.N. Martínez G., Gonzalo (de El Viejo, Chinandega.)
El General G.N.
Fernández, Armando
El Tte. Coronel Adolfo
Casco, (de Jinotega)
Un oficial alto, un
poco obeso, color blanco y ya entrado en años. 45, Teniente cuyo segundo
apellido es Zelaya
El teniente Francisco
García Sequeira (de Chinandega)
El Tte. Cnel. Casco,
Adolfo; el Mayor Bermúdez, Juan Ramón, el Tte. Cnel. Sálomon, Moisés.
El Mayor Torres,
Donald.
Un sargento-enfermero,
Cantillano. Según Dávila Bolaños. (3)
Dice José Adán Galeano: Estaba en el barrio
que ahora se llama Aristeo Benavidez. En la madrugada iniciaron los disparos en
el centro de la ciudad. Me metí a ayudar, haciendo barricadas en el barrio, y
luego anduve con una hachita como arma; ayudaba en lo que se ofreciera; no había
suficientes armas para tod@s… (5)
Dice Iván Alí Valenzuela (Julio).
Tercerista:
Por ahí tengo un librito con mis
memorias y algunas cosas; lo tengo desarreglado, pero con gusto puedo
compartirlas. Para septiembre 1978 ya no estaba con la GPP, era tercerista.
El asalto al comando se retrasó un día.
Para el asalto al comando de Estelí nos
concentraron en la casa de doña Corina Toruño, hija de Doña Carmela. Ahí
estábamos El Zorro, El Segoviano, Elías Noguera, Violeta Jiménez (María), Róger
Aguirre, Bayardo Toruño, Karuja Ubau, y otr@s compañer@s. Había un
grupo selecto de los que habían fundado el Frente Norte en Ocotal. Serían como
las once o doce de la noche. Donde Doña Corina era como un hormiguero, ahí se
entraba y se salía enviando los correos que se escribían a punta de lápiz y
papel.
De donde doña Corina salió el
contingente para diferentes lados. En dos camionetas salimos para el comando;
una jefeada por el Zorro y la otra por Elías Noguera (René). Un grupo de
compañeros jefeados por el Segoviano se tomarían el puesto de la guardia por el
Instituto Nacional y luego hacia Santa Cruz...
La llegada fue rápida ya que quedaba
cerca, unas ocho o diez cuadras.
Parece que estaba otro grupo por el
lado de donde ahora es el nuevo centro comercial Estelí. Ese grupo no sé de
dónde salió.
La idea era llegar al comando y tomarlo
por asalto, llegar casi enfrente en las camionetas y entrar a la fuerza.
Buscábamos el factor sorpresa y que cuando amaneciera la gente tuviera hechas
las barricadas. La guardia ya tenía torreones de ametralladoras 50 en los
cuatro costados del comando.
La gente del Segoviano emboscó una
guardia del puesto sur y eso puso en alerta a la guardia del comando que era
nuevo.
Cuando llegamos a la Radio Ondas
Segovianas, en lo que ahora es la plaza Domingo Gadea; al llegar a la esquina,
ya no hubo factor sorpresa; la guardia nos instaló las ametralladoras del
torreón, desde el comando. Los chingastes de las paredes nos cayeron en las
cabezas. Era como la una de la madrugada.
Aquí nos apeamos de las camionetas. Nos
fuimos cambiando de posición. La escuadra del Zorro cogió de la radio una
cuadra a la carretera, cinco o seis iban. Ahí le hirieron una mano, creo que un
celador. Por la Gasolinera Esso.
La realidad de las cosas es que el
Zorro y René eran los mejor armados. El Zorro tenía un fusil Fal y René un G3.
La Violeta una carabina M1. Los demás íbamos mal armados, con pistolitas y
riflitos 22.
Nosotros agarramos para la Berta
Briones, íbamos con René, cinco o seis.
En la esquina del San Pancho-Iglesia
San Antonio-Plaza; nos encontramos unos guardias que venían a pie del bajío y
hubo una refriega, un encontronazo, y cayeron dos guardias.
Se combatió duro alrededor del comando,
pero ya el factor sorpresa no se dio y nos retiramos hacia el oeste; la gente
ya estaba haciendo barricadas. Nosotr@s no íbamos a resistir esa ofensiva de la
guardia, ahí no teníamos barricadas. La Guardia tenía una tanqueta blindada.
Nos fuimos. Al Zorro lo volví a encontrar en su primer puesto de mando, Frente
al Calvario donde Águila Negra y doña Reynita; para el informe del combate y la
reorganización.
También hubo otro puesto de mando de
dirección por donde doña Florencia Cruz que queda del Calvario como dos cuadras
al norte.
Teníamos que darnos prisa, porque
sabíamos que si amanecía y no había barricadas iba a ser jodida la cosa, pero
la gente respondió con güebos. Fuimos a organizar a la gente al barrio del
cementerio, el Zapote y El Calvario; a recuperar armas en las casas y llamar a
la gente a la insurrección. Teníamos que ponernos las pilas antes de que
amaneciera, tener barricadas porque fue amaneciendo y la guardia tiró un
comunicado que iban a entrar en combate y que no nos apoyaran; por la radio
nacional y por una avioneta vieja que casi tocaba las tejas. Después están los
otros 12 días. (6)
Dice Francisco Ajax González (GPP): Yo era
militante del FSLN, juramentado en el verano del 78, después de recibir una
escuelita de entrenamiento militar de 8 días allá por el Despoblado y la
Estanzuela. Como el regional del FSLN queda a cargo de Felipe Escobar
(Rolando), éste decide ubicarme en el comité ejecutivo del FER, al cual se
integra la compañera María Antonieta Gutiérrez (la Chela) originaria de
Matagalpa, esto es en 1978. Para septiembre del 78 todavía soy de esa estructura
orgánica intermedia del frente.
El 9 de septiembre teníamos una
reunión ordinaria del comité ejecutivo del FER, en una casa próxima a la de Don
Napoleón González. Eran aproximadamente las 4 p.m. cuando llegó el Capi
Rosales (8) y le dijo a la Chela, que coordinaba el grupo, (María
Antonieta Gutiérrez, originaria de Matagalpa); que sacara las armas, que el
"vergueo" había empezado. Recuerdo que entre otras armas sacaron una
Madsen, una carabina M1, una escopeta 12 de mazorca. En esa reunión
estaban la Chela, Miriam y Pablo Corea (cayó abatido días después) Iván
González, la Coco Sirias y yo. (No estoy seguro de la Coco Sirias)
Recuerdo que acompañé a Antenor Rosales
(El Capi) hasta la casa de un hermano de mi mamá, allá por la Shell de René
Molina. Allí estaban reunidos, entre otros; Francisco Rivera, René, el
Segoviano, Froylán y otros. Discutían la ofensiva entre las diferentes
tendencias del FSLN que operaban en el Norte; básicamente eran la GPP y los
Terceristas.
Yo estuve acompañando
al Capi por corto tiempo, el nueve toda la tarde y noche, hasta el día
siguiente cuando le dije que yo no quería andar de arriba para abajo sin
combatir. Me quitó la carabina M1 y me dio una 38.
Fue una insurrección
popular dirigida por el FSLN, pero es masiva, hay unidades pequeñas que, si
están estructuradas, más la mayoría de combatientes populares se suman
caóticamente al evento. Yo pierdo de vista a mis compañeros del FER, así que
del Calvario me voy con mi revólver a buscar alguien conocido pues hay ya mucho
movimiento; barricadas, gente armada espontáneamente pero no organizada. Así
que empiezo a caminar y voy por la calle viendo la frenética actividad popular,
paso por la calle de los Valenzuela (Alcides) y sigo hasta la esquina de Don
Joaquín Chavarría y allí encuentro a Marcos Largaespada (Elías, de Matagalpa) y
con él es que decidimos organizar el comandito en la esquina de Doña Veneranda; ahí
se unieron varios compas.
Organizamos un puesto
fijo; entrenamos en arme y desarme, cosas básicas de infantería; como tenderse,
arrastrarse, avanzar usando el llamado "paso de ganso”; y cositas
elementales de tiro, etc.
Recuerdo que fui
donde mi tío Ulises González y él me dio un rifle 22 Hornet, que él usaba para
cazar venados.
El Frente Norte al
mando del Zorro (Francisco Rivera), Tercerista; junto con Julio Ramos (13),
Felipe Sáenz (Ramiro 14), Antenor Rosales (el 8), por la GPP; más los mandos subordinados
al Zorro, por los Terceristas, entre ellos, Elías Noguera (René) y Juan Alberto
Blandón (Froylán); habían organizado unidades móviles. Los Terceristas fueron
quienes combatieron más a la G.N; tenían mayor poder de fuego (mejores armas).
Mi suegro (Oscar
Briones) conoce una historia dolorosa sobre el asesinato del padre "Chico
Luis y Norberto Briones”; y un famoso plan de volar un puente; para detener
posibles refuerzos de la G.N. que vinieran de Somoto y Ocotal.
Aquí unos nombres de
los que anduvieron: Felipe Sáenz, Elías Noguera, el Segoviano, Oscar Lanuza,
Güandique, María Antonieta Gutiérrez; los chavos del Calvario; Nelson Banana,
el Negro González, los Valdivia, Remberto, Roberto "Pluma", Sebastián
Calderón, Hugo Pereyra, el Masaya, Niple, Agapito Peralta, Alejandro Cárcamo,
el Macho Guillén, las Arróliga, los Dávila Bolaños, Marta Úbeda, Mario
Valdivia, el Cusucón, Don Napoleón González, Marcos Largaespada, Ileana
Morazán, Fredman Torrez, Mauricio Zelaya, Aldo Briones, Donoso Zeledón
, Iván González, Ciro Molina, Pablo Corea , su hermana Miriam, Enoc Torres , la
familia Valenzuela, doña Lolita Arróliga, Don Felipe y Doña Mary Barreda,
también estaba un compa muy conocido en el movimiento estudiantil, "Coco
Montenegro " , etc. (7)
Dice Alexa Lugo Guevara (GPP):
En esa casa de Malpaisillo decidimos irnos para Estelí. Le pedimos a la
señora dueña de la casa el favor de irnos a dejar a San Isidro, por supuesto
aceptó muy contenta, nos llevó, era de tarde, ahí nos encontramos con el tío de
la Chilona, (Auxiliadora Larios), (este fue el piloto que dejó caer la bomba en
el comando de Estelí, en julio 1979) y él, en su carro deportivo, nos llevó a
Ileana Morazán, Isabel Castillo y yo para Estelí.
En la ciudad de Estelí nos encontramos con nuestr@s compañer@s, María
Antonieta Gutiérrez y Felipe Sáenz, ya ellos se habían integrado con
anterioridad a la guerrilla. Uuufff, respiramos y nos sentimos nuevamente en
casa. Nos llevaron a un lugar por El Calvario y ahí encontramos a un
guerrillero, Antenor Rosales. Era el domingo 10 de septiembre 1978, oscurecía.
Se combatía en el centro de la ciudad y en el barrio El Calvario.
Nos ubicaron en un comando, siempre juntas las tres. Ahí también nos
encontramos a Marcos Largaespada y nos contó cómo salió de Matagalpa. Nos
dieron armas y empezamos a actuar en Estelí, a combatir junto a otra gente,
otr@s compañer@s. Esa insurrección estaba mejor planificada y organizada, con
sus respectivos mandos, etc.
Una de las últimas noches, creó que
el jueves 21 de septiembre, algo así, no recuerdo bien, Ileana, Isabel y yo,
siempre juntas, estábamos preparando nuestras mochilas para cuando dieran la
orden de retirada. En eso apareció Marcos Largaespada y nos quedó viendo a las
tres por unos minutos, nosotras nos mirábamos, pero no dijimos nada hasta que
él rompió el silencio, Flaca necesito que vengas conmigo, Ileana dijo, yo
también voy, pero Marcos respondió, no, espera aquí, y nos fuimos, Marcos y yo,
no hablamos nada en el camino hasta que llegamos al comando central y me
presentó ante Miguel Ángel al que ya conocía. Marco le dijo, esta es la
compañera que me pediste, de las tres de Matagalpa. Miguel Ángel, Francisco
Rivera Quintero, le dio las gracias y me metió a un cuarto donde había radios
de comunicación, etc. y me dijo que tenía una misión para mí, que había pedido
a una compañera con formación política ideológica consolidada porque la misión
encomendada lo requería, y de esta manera me separé de mi amigacompañerahermana
Ileana Morazán e Isabel. (8)
Dice Margaret Ileana Morazán Sánchez,
(GPP), (La 20):
En lo del relato como empezó la
insurrección pues ahí hay q entrevistar a la Chela Gutiérrez, Miriam Corea
(138) y a Glenda Zavala
De la insurrección de Matagalpa salimos
y nos fuimos a León, y luego a Malpaisillo; ahí estuvimos en una finquita que
nos cuidaron como 2 días, y después tomamos la decisión de irnos para Estelí,
al raid. Llegamos a San Isidro y ahí nos llevaron en otro vehículo, un
compañero conocido, hacia Estelí. No nos querían llevar pues decían que la
guardia no nos iba a dejar entrar, pero, al final llegamos y no encontramos
obstáculos. Íbamos las tres, siempre juntas; Isabel Castillo, Alexa Lugo y yo
Llegamos a Estelí. Creo que fue al
siguiente día que entraron, domingo 10, entre seis o siete de la noche.
Encontramos a varios compañer@s q participaron en la insurrección de Matagalpa;
Marcos Largaespada, La Chilona y Noel Matus.
Conocíamos a Felipe Sáenz (Ramiro 14)
que fue responsable del comité Central del FER y con él nos reportamos. Felipe
estaba en un comando, con el 13 (Julio Ramos), en el sector del Calvario, en
una casa frente a la Iglesia
Nos ubicaron en el comando que tenía a
cargo el Capi Rosales, una casa esquinera cerca de donde la Veneranda (del
Gallo más gallo 2 cuadras al oeste); ahí también estaba Ulises Castillo, quien
era de Estelí, y yo me le pegué pues en ese tiempo no conocía esa ciudad.
Nos dejaron en ese lugar y ahí
hostigábamos en las esquinas. A la Flaca la mandaron a su misión, e Isabel se
fue con la Chela Gutiérrez (140); y yo me quedé en esa esquina hasta que nos
llamaron a retirarnos.
El Ocho (Antenor Rosales) se retira
junto con la GPA al Despoblado; todavía no se había pasado con Rubén. El 13 (Julio Ramos), 14 (Ramiro, Felipe Sáenz),
15 (Pedro Pablo, un campesino de La Estanzuela), y
el 16 (Óscar Lanuza); todos se retiran hacia el lado del Despoblado. Rubén y
René para el lado del Tular.
Yo me retiré con el 13. Llegamos a un
campamento del Despoblado, llevábamos heridos y a la China (Coco Sirias) que
estaba embarazada. Iván Gonzales que tenía un balazo en la cadera. L@s
atendíamos en ese campamento y l@s bajaron a los días para la ciudad.
Ahí se unieron más compañer@s y se
dividieron en escuadras con esos mandos. El Ocho se llevó como a 15 compas
cerca de Achuapa y El Dieciséis con otros para esa zona. (9)
Dice Dávila Bolaños: Ese mismo día por la
tarde supe que la suerte de Estelí estaba ya echada (11 septiembre); pues la
noche anterior, un consejo militar compuesto por el ministro; Mora Rostrán,
Antonio, el jefe de la zona Gral. Fernández, el Comandante Martínez y todos,
los demás oficiales del cuartel, habían dispuesto que los operativos
comenzarían el 14 de septiembre. Como antes de dormirnos siempre evaluábamos
nuestras actividades del día, revelé a mis compañeros lo que confidencialmente
me habían transmitido acerca del bombardeo que iban a realizar contra Estelí,
poniendo reparos, pues creía que la efeméride del 14, día de la batalla de San
Jacinto, iba a detener el criminal proyecto.
Tampoco pude dormir bien. Llegó el día
y con él las habituales descargas de los fusiles, las ametralladoras y los
M-50. Nada indicaba que se alteraría la rutina de la guerra. No fue sino como a
las 9 am. que apareció el primer avión, - grandote- Como de transporte, y
minutos más tarde un segundo, de doble cola, muy rápido, los cuales estuvieron
sobrevolando la ciudad durante todo, el resto del día, hasta como a las. 5:30
pm. Cuatro días estuvieron repitiendo estos vuelos, desde las 7 am. Hasta las 5
- 6 pm. :(La.-ciudad alegre y confiada por la presencia de los muchachos, del
FSLN- comenzó a angustiarse).
El, día 18 de septiembre -lunes-,
hicieron su, aparición como a las 8 de la mañana los aviones y cuál no sería
nuestra aterradora sorpresa y angustia cuando oímos disparar sobre nuestra
querida ciudad. Eran tiros de verdad que sembraban el dolor, el espanto y la
muerte en nuestros hogares. Nada comparable al suplicio que esto significaba y
el dolor de la impotencia por no poder hacer nada para impedirlo. Y después,
este nuevo sonido nunca antes percibido por mis oídos: los roquets. Aquella
estela de cortante silbido -y el estallido final ¡BOM!, ¡BOM! Niñ@s muertos,
madres aplastadas, casas destruidas, jóvenes huyendo despavorid@s, ancianas
horrorizadas. Y sin poder, hacer nada. (3)
Dice Elías Noguera: Julio Ramos estaba hacia el sur y entra
por el barrio El Zapote. Ahí nomás se integró sin mayores discusiones. Fíjate
que yo recuerdo que a Julio le vi la cara hasta tres días después de la
insurrección de septiembre, por el fragor del combate. Yo estaba en un sector
de Estelí, por el puente de hierro, y Julio estaba con “El Zorro” por el barrio
El Zapote. (1)
Dice Julio Ramos: Efectivamente, yo entro por el sur y hablé
con “Rubén”, y entonces le pegunté si vamos a la cuestión. Yo primero me
informo con los Responsables urbanos de la GPP, y luego platico con “Rubén”, ya
sabiendo cómo estaban nuestras fuerzas:
–Hombré, ¿cómo está la cosa? Hombré, nosotros tenemos tanta gente –me
dijo, y estamos en tal sector. Bueno, dividámonos la ciudad –le dije. Fue así
que yo agarré el sector sur y establecimos la Comandancia con “Rubén”.
Me acuerdo que un día martes en la
tarde, la Guardia nos reculó casi hasta arriba, y “Rubén” andaba un fusil FAL y
yo un G-3, y hablamos: –Mirá, y ¿cómo paramos esta chochada? Yo andaba una
granada. Nos fuimos por dentro y la colocamos debajo de la tanqueta. Ahí
logramos atemorizar a la Guardia, y la tanqueta se fue en retroceso. Te estoy
hablando de cuatro y media a cinco de la tarde, ya oscureciendo. Cuando los
empezamos a corretear, no logramos capturar la tanqueta; pero encontramos dos
patrullas, aniquilamos a una patrulla y “recuperamos” seis rifles Garand. (1)
Dice Dina Amanda Benavides Cárcamo:
Los primeros días eran de júbilo y
alegría; fue nuestra casa la que se convirtió en el comedor de l@s
muchach@s que estaban en esa esquina, mi mami cooperadora (Juana Rosa
Cárcamo Palma) agotó toda la comida que teníamos. Frente al centro de
salud Eduardo Selva. Al lado de la iglesia evangélica, la esquina donde ahora
está Comida mexicana Jalisco
El encargado de esa esquina era 8
(Antenor Rosales), Julio Ramos (13), Miriam Corea. Había como seis, a veces
cuatro; iban y venían.
Tenían barricadas, cuidaban. Eso ahí
era casi las orillas de la ciudad. Era una barricada como muchas para proteger
las entradas. Los compas arrestaron gente y los llevaron a la iglesia El
Calvario, había un comando temporal.
Los días fueron pasando, tertulias en
la noche, les tomamos cariño a ell@s. Mi hermano mayor me abrazó una noche
y me dijo, va a ser lindo el futuro si cae Somoza, habrá igualdad y cesará la
represión; miraba las estrellas y decía, si el Frente gana, Nicaragua será
un paraíso. Soñábamos en grande.
Llegó el bombardeo y por el día
corríamos al refugio que teníamos, hasta los perros corrían con nosotr@s
pero se acabó la comida y un día ell@s trajeron carne de una vaca que
mataron y hubo comida ese día. En el negocio solo quedaban artículos y
para sobrevivir dos latas de galletas llenas de pinol, que batimos con
agua de lluvia recogida en un barril.
Llegó la retirada y mi mami angustiada
le dice a mi hermano mayor: llévate los muchachos, porque si entra la guardia
mañana me los matan, así se fue mi hermano como a las cinco de
la tarde por el lado de la Tunosa; con tres hermanos, mi mami y tres chicos se
quedaron con nosotros.
Mi hermano Carlos Benavidez (Vive
ahora en Honduras) regresó a las 12 de la noche y nos dice: Las vengo a
buscar porque la orden de Somoza es que quemen mañana la ciudad; en ese
instante nos fuimos con él, no llevamos nada, solo dinero. Pasamos tres
ríos y muchos lodazales, caminamos y caminamos hasta salir por donde estaba el
Dr. Ulises González, como a las 12 del día. Tres Esquinas, por la Ermita, Santa
Cruz. El Dr. y la Juanita nos dieron de comer a toda la familia. Yo
iba descalza mis zapatos quedaron en el lodo y llena de espinas los pies.
Salimos a carretera y un bus circulaba, nos montamos y ahí por el empalme
de San Benito está la guardia; nos ordenan, que se bajen los hombres; mis
hermanos adolescentes, sucios, los ponen en fila, cuestionan que,
porque están sucios, veo a mi hermano abogando por ellos hasta que
logra convencer al guardia que venimos huyendo de la ciudad. Nos dejan
ir, pero al ayudante de bus lo dejan porque tiene las manos sucias y
al arrancar el bus oímos la ráfaga, supimos que lo mataron. Bueno,
al fin llegamos a Matagalpa y ahí tomamos un taxi que nos llevó a Muy Muy,
donde mi papá, y ahí nos quedamos porque la casa en Estelí fue
quemada. Mi hermano me sacó las espinas de los pies, pero no podía
dormir bien, las bombas rechinaban en mis oídos. Ahí fue el comienzo de
una nueva vida, donde comprendí que nada es estable en la vida. (10)
Reporte de la Comisión Interamericana
de derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos (OEA): Se pudo
constatar que la ciudad de Estelí fue la que mayores daños materiales
sufrió. Pero, sobre todo, es en su aspecto humano donde ocurrieron
los mayores estragos. Algunas fuentes informaron a la Comisión que
gran número de muertes y heridos tuvo lugar en esta ciudad. Esta
afirmación se hizo aún más evidente para la Comisión cuando comprobó que gran
parte de los representantes de la sociedad esteliana, en particular, miembros
de la Asociación de Abogados, Sociedad Médica, Cámara de Comercio, Cruz Roja,
Cuerpo de Bomberos, Sociedad de Odontólogos, sacerdotes, periodistas y
trabajadores se encuentran muertos, heridos, presos, asilados o en el exilio,
hostigados o bajo amenaza de
muerte.
En
un documento presentado a la Comisión por una asociación profesional se relatan
los hechos acaecidos en Estelí, de la siguiente manera:
“El 11 de septiembre, la ley marcial está
impuesta y las garantías constitucionales suspendidas. Todas las
comunicaciones están cortadas. El comando GN está
sitiado. La población levanta barricadas en las
calles. La Fuerza Aérea (GN) entra en acción, bombardeando los
barrios el Calvario, San Antonio y José Benito Escobar, matando en esta acción
a muchos civiles. La ciudad queda todavía en poder de las fuerzas
insurgentes. Los enfrentamientos dejan un saldo estimado en 40
muertos. La población civil empieza a saquear algunas tiendas.
“Huyendo de las destrucciones causadas
por los bombardeos, una gran parte de los habitantes busca refugio en los
puestos de socorro instalados en edificios de más fuerte
estructura. La Cruz Roja está constantemente hostigada, varios
socorristas están heridos, las ambulancias ametralladas, los heridos son
llevados a la fuerza por la GN y luego rematados.
“El 17 ya no hay luz, ni agua, la
ciudad queda totalmente incomunicada; los alimentos y las medicinas
escasean.”
“No se sabe el número exacto de los
muertos que quedan insepultos en las calles y en las casas destruidas por los
bombardeos de los aviones y de los tanques.
“En estos días se estiman los efectivos
de la GN en Estelí en más de 1,200 por lo menos, con armamento pesado y
tanquetas, más el apoyo permanente de seis aviones de combate GN.
“El 20 de septiembre, cientos de
muertos quedan tendidos en las calles y las casas. La GN tiene la
ciudad rodeada y prohíbe toda entrada o salida. Algunas familias
logran escapar saliendo de la ciudad destruida por veredas hacia las
montañas.
“La GN ordena a la población de varios
barrios, abandonar sus casas para poderlas registrar. Testigos
presenciaron el saqueo sistemático que se realizó antes de la destrucción
definitiva de las viviendas que fueron quemadas por los elementos GN
saqueadores.
“Después del fuerte ataque del día
anterior, varios edificios quedan total o parcialmente destruidos, entre ellos
el Banco de América, la iglesia El Calvario, el edificio de la Inmobiliaria y
muchas casas por el bombardeo. Numerosas personas civiles resultan
heridas o muertas.”
“A pesar del fuerte ataque aéreo, la
resistencia siguió fuerte. Mayor cantidad de gente busca como
abandonar la ciudad en llamas. La GN planea atacar el Hospital y el
Colegio de Nuestra Señora del Rosario que sirve de asilo a unas 4,000 personas,
entre mujeres, ancianos, niños y socorristas de la Cruz Roja”.
“La GN señala “oficialmente” más de 90
muertos entre “atacantes” civiles. La entrada de la ciudad está
prohibida a todos los periodistas que no traen una orden firmada por una
autoridad superior GN.”
Un
grupo de religiosos, médicos, educadores, profesionales y ganaderos de Estelí
suscribieron el 18 de septiembre –antes de que terminaran los acontecimientos
en esa ciudad—el siguiente relato:
“Después del conocimiento de los
resultados del primer día, donde los muertos y heridos no fueron combatientes
en su mayoría, sino que civiles que no pudieron ser atendidos, se trató de
comunicar y lanzar un S.O.S. al exterior para evitar mayor derramamiento de
sangre de ambos bandos y la ciudadanía pero estábamos incomunicados y con la
comunicación interna del teléfono que apenas quedaba se habló con el Señor
Comandante Departamental para sepultar cadáveres y atender las distintas
necesidades del pueblo, lo que fue desoído; por los radioaficionados que de
alguna manera han podido cooperar se han lanzado al mundo algunos mensajes
hasta antes de ser censurados.”
“Los días lunes 11, martes 12,
miércoles 13 y jueves 14, se combatió entre los dos grupos por tierra dentro y
alrededor de la ciudad, por parte de la Guardia Nacional con el uso de
tanquetas y armamentos pesados que han sido usados contra todas las casas por
simples sospechas de que podía haber elementos combatientes rebeldes.”
“Los días viernes 15, sábado 16 y
domingo 17, a temprana hora, comenzaron a sobrevolar la ciudad aviones de la
Fuerza Aérea, que minutos después iniciaron el ametrallamiento por aire, a
medida que según parece, la Guardia Nacional avanzaba por tierra, lo que
intensificó un ataque aéreo sobre toda la población por varias horas en los
barrios y alrededores de la ciudad, dando como resultado el terror de gran
parte de sus habitantes, que buscando refugio, han sido localizados en puestos
de socorro improvisados, ya que las casas de habitación de la ciudad, por su
construcción, compuesta de techos de cinc o teja y paredes de ladrillo, madera
o taquezal, son totalmente inseguras para proteger a sus moradores del ataque
al que por tierra y aire ha sido sometida a Estelí.”
“Con conocimiento de que la mayor parte
de los muertos y heridos han sido civiles, ajenos a los grupos combatientes,
algunos de ellos han sido atendidos en puestos improvisados de socorro,
clínicas y el hospital, los cuales operan con grandes dificultades, ya que los
socorristas y voluntarios han tenido que realizar los auxilios y ayuda bajo
graves riesgos, puesto que no se ha dado tregua ni han sido respetados los
emblemas y neutralidad de la Cruz roja, llegándose hasta herir socorristas,
ametrallar ambulancias y rematar heridos, todo esto por parte de elementos de
la Guardia Nacional.”
Algunas
denuncias de casos individuales recibidas por la Comisión Especial en la misma
población de Estelí dicen así:
“La señora Reyna Gutiérrez y
sus dos hijos tiernos, eran gemelos. Era una humilde mujer del
pueblo, que no tenía nada que ver con los asuntos políticos. Ella
tenía a sus hijitos en los brazos cuando fue ametrallada por el
avión. Esta mujer tenía una edad de más o menos 30 años, muy pobre y
vivía en casa de madera, indefensa y sin alimentos.”
“También fue muerta la señora Ana
López que tenía en sus manos la Biblia, pidiendo a Dios clemencia, y allí
le llegó la bomba del avión que bombardeaba ocho horas diarias sobre esta
ciudad, con la intención de terminar con la ciudadanía.”
“Estaba en una casa vecina refugiada,
la cual fue atacada por “rockets” de la aviación gubernamental. La
señora Ruth Gámez de Valencia fue herida por un “rocket” que pesaba
una libra y dos onzas. Sus dos niñas pequeñas también fueron
heridas. El marido fue herido en la frente.”
“Una enfermera que también resultó
herida fue trasladada por la Cruz Roja a Managua.”
“me quemaron mi casa en presencia de
mis hijos y mi marido. Le suplicamos al guardia que no nos quemara,
pero nos contestó que era orden superior de quemar “este pueblo hijo de
puta”. Sacamos el carro y entonces nos pusieron la tanqueta y las
ametralladoras y el carro cogió fuego y gracias a Dios estamos vivos porque nos
arrastramos y salimos debajo de las llamas; también nos quemaron el
jeep. Mi marido anda huyendo de pueblo en pueblo porque tiene orden
de captura por ser militante del F.A.O. (Frente Amplio de Oposición), pero él
no aprueba la lucha armada, su lucha es cívica. A mí y a mi familia
sólo nos quedó el vestido con que andábamos puestos. Ahora estoy
viviendo donde una amiga que tiene buen corazón y me da la
comida. Mi casa estaba en una esquina y cerca de la catedral.”
“También los aviones quemaban las
casas. También los guardias andaban con recipientes de gasolina y
prendían fuego. Esto daba horror. Todos estamos enfermos
de los nervios. Vivimos días horribles. Veintiún días de
angustia, de terror, sin agua, sin luz, sin comida. En la casa donde
estábamos refugiados llegó la Guardia a registrar y es el colmo que las alhajas
que tenía puestas, un guardia me las quitó.”
En
Estelí, la Comisión Especial también investigó sobre el lugar de los hechos de
la siguiente denuncia:
“La Profesora Paula Úbeda de Morales,
de 40 años aproximadamente y directora del Colegio Alfonso Cortés, salió
acompañada del joven Omar Rugama a la farmacia a comprar medicamentos para su
suegra. Iban por la calle cuando una ráfaga de tiros de un franco
tirador de la GN que estaba en la torre de la iglesia los hirió en las piernas,
cayeron, e inmediatamente fueron a terminar de matarlos. Después de
varios días fue cuando el esposo pudo obtener permiso de la GN para buscarla y
enterrarla. Cuando la estaban enterrando en su propia cada llegó la
Guardia. Obligó a varias personas que se encontraban allí, bajo sus
angustiosas protestas primero a arrodillarse al lado de la fosa que habían
cavado y después a tirarse en ella. Una señora les dijo: “Pero
señor, si yo no estoy haciendo nada. Tenga piedad de mi
muchachita”. De nada valió: el primero en tirarse al hoyo fue
el señor H.L., y luego los otros. De una vez descargaron sus
ametralladoras sobre las cuatro personas, muriendo entre ellos el joven
Fernando Morales, de 16 años, hijo de la difunta Profesora que enterraban. Sin
embargo, el señor H.L. resultó ileso y pudo salvarse para contar esta historia
porque los otros cuerpos le cayeron encima. Espero hasta que los
guardias habían retirado y salió para pedir auxilio y sepultar a los
muertos.” (11)
Dice Iván Alí Valenzuela (Julio).
Tercerista:
Ya no regresamos al comando. Algún
hostigamiento o cosas así pero ya nos dedicamos a la defensa de los barrios. Ya
no fue objetivo tomarlo, no teníamos la capacidad militar.
Me fui a dar una vuelta por el parque
central, ahí en la acera del Palacio Municipal estaban dos guardias muertos y
en la acera de catedral otros dos muertos, ya inflamados. Ahí me di cuenta de
un gran cambio de mi vida, de un joven de 17 años a una persona que tomaba la
vida de otra manera, ahí sentí que maduré con carburo y que ya la cosa no tenía
retroceso.
Las barricadas fueron por el semáforo
viejo, los bancos, donde Argeñal, La Anexa, en los barrios combativos del
Zapote y El Calvario. En la parte norte de la ciudad no fue mucho. La
destrucción de la ciudad fue más al centro y al sur.
Estuve en la barricada de la Texaco,
combatiendo con don Alejandro Cárcamo y don Chicho Gonzales. Ellos era gente
mayor.
Después de todos los días de combate yo
tenía un comandito de la iglesia El Calvario una cuadra al río; en la casa de
don Chon Castillo. Ahí estaba Alcidez Valenzuela, Karuja Ubau, Domingo
González, Carlos Toruño, Jaime Moraga y Jaime Aguilar.
Pasaba gente huyendo y buscando
protección. La guardia en ofensiva. Pasaban compañer@s que habían combatido y
nos dejaban, disimuladitos, los fusiles viejos. La cosa se estaba poniendo
peluda. La guardia ya estaba desocupando las primeras barricadas y les había
llegado refuerzos. Tenían tomada la Nicaragua Cigars, el colegio de las monjas,
donde había mucha gente refugiada. Ya el círculo de defensa era mínimo.
Nosotr@s casi sin municiones.
Cierta noche le dije a Alcidez
Valenzuela que fuéramos a dar un recorrido y nos fuimos hasta la esquina de
donde don Chano Ruíz, por el parque infantil. No había ni un alma.
Después mirábamos que estaban evacuando
los heridos y nos estábamos quedando solos. La guardia tenía recuperado el
centro de la ciudad y nos tenía reducidos a unas cuadras. Cada vez mirábamos
salir más gente porque estábamos en la salida. Nosotr@s aguebad@s esperando
orden del Zorro y nunca llegaba. Como había división miramos pasar a compañer@s
de la GPP y no nos decían nada, iban rumbo a la Tunosa y El Pastoreo. Llevan
herid@s. Hasta pensamos morir esperando la orden. (6)
LA RETIRADA
El día 22 de septiembre se repliegan
las columnas dirigidas por el legendario Francisco “El Zorro” Rivera. (9) Hacia
el Tular, (2) El Despoblado (8), La Montañita de
San Roque (15) y Yalí (6). Cerro de Las Torres… hasta Honduras. (18)
Según datos del mismo “Zorro”, además
de quedar organizadas las estructuras urbanas de Estelí, encabezó la retirada
de más de 300 combatientes (sin incluir a centenas de civiles
colaboradores). (12)
Fueron trece días de
resistencia. (4).
EL 23 de septiembre 1978 inicia la
operación limpieza ordenada por el dictador, Anastasio Somoza.
MÁS TESTIMONIOS
Dice Iván Alí Valenzuela (Julio).
Tercerista:
Como a las nueve de la noche llego
Ulises Castillo, venía del lado de La Anexa que era lo último que quedaba; y
nos dijo que nos retiráramos para ese lado de San Roque o las Pintadas.
Llego Róger Rodríguez, que después le
decían Julio Batallón, y otro compa que se llama César Omar Flores Donaire (De
Managua) y que le decimos Campanario; nos dijeron que el Zorro decía que nos
fuéramos con ellos. Que nos iban a guiar.
Recogimos algunas cositas en nuestras
mochilas viejas, azúcar y pinol, y sin más, nos fuimos.
Pasamos por el río Estelí, estaba
crecido, llegamos a la Porra y buscamos La Montañita. En una lomita, en El
Morroñoso, nos detuvimos a descansar y con lágrimas miramos como la tanqueta
disparaba de noche sobre nuestro Estelí. Ahí quedaron nuestr@s amig@s y
compañer@s muert@s. Prometimos regresar y derrotar a la guardia.
El Chele Julio Rodríguez y Campanario
nos dijeron que teníamos que irnos con ellos rumbo a Miraflor. Bajamos la
carretera bordeando Estelí y salimos a la Thompson, estaban quemados los
tractores y camiones. Caminamos por la carretera buscando La Sirena.
Como a un kilómetro antes de llegar a
La Sirena nos metimos a un potrero, buscando el río, yo había estado por esos
lados recibiendo una escuelita militar, era la finca de don Abraham Rugama.
Marvin Valdivia tenía a sus tíos en La
Sirena y pidió quedarse pues no aguantaba más. Hubo una discutidera porque
decíamos que si lo capturaba la guardia iba a decir cuántos íbamos y para dónde
íbamos. Yo les dije que lo dejáramos quedarse porque era chavalo y no había
hecho el juramento, era miliciano.
Después escuchamos un combate y parece
que fue en el cual cayó Facundo Picado, el no recibió la orden de retirada.
Sería ya por el amanecer.
A veces me pongo a pensar como es el
destino, porque si, hemos seguido más adelante buscando la escuela de
agricultura también nos hubieran matado, porque no teníamos municiones.
Cuando llegamos donde don Abraham ya
eran las cinco o seis de la mañana. Llegamos muertos, rendidos, estresados.
Íbamos: el Chele Rodríguez, Campanario, Alcides Valenzuela, Jaime Moraga, Jaime
Aguilar, Karuja Ubau, Domingo González y Carlitos Toruño.
Don Abraham nos preguntó por Jairo, su
hijo. Yo creía que estaba en Las Mesitas donde cayó Facundo, pero le dije que
él estaba bien, que lo había visto en Estelí, para que no se preocupara.
Había una gran cosecha de tomate y
repollo que el señor perdió, por sobre maduración, porque la saca coincidió con
el inicio de la guerra. Comimos abundante tomate, repollo y queso. Dormimos
todo el día. La guardia andaba rondando, pasaban helicópteros y aviones.
De donde don Abraham salimos como a las
cuatro de la tarde, cerro arriba, rumbo al Coyolito. Íbamos cagados y aquella
radio hondureña informando, HRN creo que se llama. La radio hablaba de la
operación limpieza en Estelí y que después iba para el monte, y que los
campesinos no nos ocultaran.
Llegamos a Las Cruces en Puertas
Azules, en el empalme de Yalí y el Tayacán. Ahí vivía un señor que se llama
Máximo Pinel, y Campanario era amigo de ese señor. El Chele Róger tenía su
finca en La Concordia. Ellos quedaron en dividirse a la gente, el Chele se
llevó la mitad; Alcides, Karuja, Carlitos y Jaime Moraga.
El resto nos quedamos ahí; Campanario,
Domingo González (hermano de Sairita González que era mi novia y que murió
combatiendo por el panteón, en Estelí), Jaime Aguilar y yo. Don Máximo nos tuvo
ahí unos días. Yo ordeñaba y ellos arriaban los terneros, ja, ja. Un día nos
dijo que nos fuéramos pues tenía miedo de la guardia. Estábamos sin contacto
alguno con el Frente
Dormíamos en unos cafetales, hacía
mucho frio y había jejenes. Mucha lluvia, nos envolvíamos en plásticos.
Jaime Aguilar dijo que no aguantaba y
que se iba para Estelí. Llegó un señor de Isidrillo, León Tigre, que era
colaborador del Frente y lo bajó con él.
Me le puse serio a don Máximo y le digo
que si nos corre nos matan, y él era buena gente; entonces nos dice, miren
muchachos, yo no los puedo tener aquí, pasa mucha gente; pero les puedo ofrecer
que se vayan adonde Toño Pinel, mi hijo, eso queda en el volcán de Yalí, es más
tupida la montaña. Como no nos queda más que aceptar nos fuimos a donde Toño
Pinel. Es largo el relato de regreso y los contactos.
Me acuerdo de Juan de Dios
Portillo (El Niño), un compa que cayó en la Aceituna, le decíamos El Coronel.
Otro compa que cayó en San José de las mulas, con los de la juventud, que le
decíamos Julián. Estaba Güandique, el Indio Emilio, Mauricio Zelaya, Rommel
Valenzuela, Julia Ruíz, Alfredo Lazo Valenzuela, Fidel y Aleyda Ubau. Ell@s
participaron en la insurrección.
Estábamos otr@s del Frente, pero estelian@s.
Lo que pasa es que en esos días hubo una división perra ahí en Estelí, por
decir así, yo fui GPP, pero por algunos problemas me pasé a los terceristas.
(6)
Dice José Adán Galeano: Al final, un
guardia me puso un rifle en la cabeza y me iba a matar, pero me salvé porque mi
tío le rogó al guardia. Antes había pasado el Rey, (Freddy Úbeda), ya de
retirada; iba por los agujeros que había, de casa en casa. Luego me fui con
Luis Sabanny, huyendo por esos montes. Llegamos a Somoto; donde la hermana de Sabanny.
Luego nos fuimos a Honduras. (5)
Dice
Hilda Duarte Solórzano, hondureña:
Para la insurrección
de septiembre mi papel era trasladar armas de Ocotal a Estelí. Las armas las
veníamos a dejar ahí por el Rosario que era donde estaba la mayor parte de los
colaboradores, ahí estaba el Zorro [Francisco Rivera], ahí estaba Froylán [Juan
Alberto Blandón]. Lo más fuerte que hice fue trasladar un misil antiaéreo. El
misil me lo dieron empacado como un regalo en una caja de plywood, dentro de
una bolsa de regalo, con un lazo.
Recuerdo que cuando
estaba arriba del bus, por lo pesado del antiaéreo, no lo pude subir al
maletero. En ese momento se me acercó un guardia ¡y me ayudó a subirlo! Después
se sentó a la par mía y durante todo el viaje venía enamorándome. En el
terminal de Estelí se bajó conmigo y me dijo “qué bonito regalo que andás.
¿Puedo acompañarte? ¿A dónde llevás ese regalo? ¿Qué es lo que vas a celebrar?”
Ya me puse chiva y le digo “es para un cumpleaños, pero no es hoy.” Y después
agarré en la dirección equivocada. Él me siguió hasta cierta parte, pero
después lo perdí.
Al tercer día de
la insurrección de septiembre llega un mensaje a Ocotal diciendo que los compas
necesitaban más armas y más municiones con urgencia, que era de vida o
muerte. Pero a la hora llegada ninguno de los colaboradores quería ir. Decían
que todos estaban muy colorados. Entonces tuve que ir yo. Las cosas las metimos
dentro de sacos de maíz, de frijoles, de café. Ahí venían tiros de
escopeta, tiros de carabina, tiros de Fal, niples, dinamita, de todo.
Pero la guardia era
bandida y tenía unos chuzos para estar metiendo en los sacos, para ver si venía
algo. Y en todo Ocotal había un cordón de la Guardia. Acuérdese que la región
estaba en plena insurrección. Entonces les dije a los colaboradores que
si fuera posible me buscaran un taxista que era “oreja”, para que la
guardia no fuera a revisar lo que llevábamos. Y así fue.
El taxista no sabía lo que llevaba, ni me conocía a mí como
colaboradora del Frente.
La muerte de Facundo Picado
Esas armas se las
entregué a Facundo Picado, por Las Mesitas; allí por la Escuela de Agricultura.
Eso fue ya para el final de la insurrección de septiembre. Pero lo que pasó fue
que René (Elías Noguera) y el Zorro (Francisco Rivera) ya se habían retirado de
la ciudad y habían mandado a decir a Facundo Picado que se retirara. Pero ese
mensaje nunca llegó. Ya la guardia había retomado posesión de Estelí, pero
Facundo no sabía, estaba confiado de que la retirada estratégica todavía no se
había dado.
En el momento que
Facundo está escribiendo unos correos, que quería mandar conmigo a Honduras,
llega la Guardia y comienza a volar tiros con los Garands. Facundo se posicionó
detrás de una piedra y yo detrás de otra.
Pero era un grupo de
milicias que tenía Facundo ahí, no había mucha gente preparada militarmente.
Facundo y otro compañero más eran, los únicos dos, que tenían Garand, los
únicos que podían darle duro a la Guardia. Y claro, la Guardia tenía todo su
equipo. En una de tantas le pegaron a Facundo en el abdomen y ahí murió a la
par mía.
Yo quería quedarme
para atenderlo, pero me gritaron que me retirara, que me iban a matar. Y
entonces salimos corriendo. Pero la Guardia nos venía persiguiendo en un avión,
rafagueándonos desde el aire. Hubo un montón de heridos y muertos. Algunos
compas venían con las tripas de fuera. Salir vivo de ahí era un milagro de
Dios. Ya cuando logramos llegar hasta un lugar que se llama las Labrancitas, yo
venía descalza, casi desnuda. (13)
Dice Francisca Dormuz:
A mí me tocó
participar cuando se dio el asalto a las armas aquí, donde Mario Salja. Asaltaron
allí, asaltaron las armas que tenía de venta un coronel que se llamaba Fermín
Meneses y otro señor de apellido Blanco. Fue un grupo de compañeros que
hicieron el asalto y entonces las llevaron hacia la casa de Doña Ofalia, de los
Úbeda. Eran como las doce de medianoche o la una de la mañana y vino Doña
Ofalia con su esposo a preguntarme si el papa de mis hijas estaba enfermo. Les
dije que sí que estaba con calentura. Pero no era la verdad porque el problema
es que aquí estábamos rodeado de guardias.
A guardar armas
escondidas
Entonces, “Ay, hijita,
tenemos un montón de armas que nos dejaron los muchachos aquí, entonces
queremos pasarlas a vos porque vos no tenés color porque sos mujer - no van a
sospechar de vos. Entonces me trajeron un montón de armas. Me acuerdo que eran
unos sacos de papel kraft en que venía el azúcar San Antonio y otros que venían
en saco macén. Entonces les digo, pues métemelas por debajo de la cama, como si
fueron sacos de maíz. Eso fue hacía el final de 1977 o inicios del 78.
En AMPRONAC Nos
pusimos a recoger medicamentos. AMPRONAC fue una asociación de mujeres ante la
problemática que estábamos viviendo. Fue cuando las mujeres salieron a
protestar porque metieron sus hijos presos, o cuando los desaparecían, cuando
la Guardia violaba a las mujeres. Ese fue AMPRONAC, que empezó más o menos un
año antes del '79.
Fui fundadora. Éramos
tan poquitas. Estuvo Doña Magdalena Rodríguez, una señora con buen liderazgo,
fue diputada ella. Estaba la Marta Munguía. Estaba Adela Morazán de Yalí,
Leonor Fuentes, Mercedes Bolaños. Era poca la gente que participaban. Marta
Munguía nos llevaba a hacer cursos de primeros auxilios al lado de Santa
Cruz.
Si teníamos contactos
que eran médicos, íbamos recuperando muestras médicas y medicinas y cosas para
ir guardando. También teníamos amigos que nos ayudaron con maíz, arroz,
frijoles, cosas así, para cuando la gente los necesitaba para tenerlos en los
puestos de mando que teníamos. Ese trabajo fue clandestino orientado por el
Frente.
En mi caso fue el 9 de
septiembre cuando vinieron a las dos de la mañana a tocar la puerta. Tenían que
venir camuflados porque era muy peligroso. Aquí cerca vivían guardias. En
frente vivía gente que eran amigos de la Guardia. Entonces los compañeros vinieron,
uno llevaba una pistola, otro llevaba una pistola y una granada.
Y fue con mucha
alegría que vinieron, como cuando alguien viene del desierto después de no
haber comido o tomado agua. Encontraron las armas en los sacos. Los sacos eran
llenitos de armas.
“Allí vienen los
muchachos. Hay que apoyarlos.”
Llegaron y cada quien
se armaba y se fueron a tomar sus posiciones. Porque fue una balacera para
hacer a uno volverse loco. Era muy emocionante saber que uno estaba haciendo
algo. Era triste ver tantos jóvenes con sus caras tan tiernas ir sin saber si o
no iban a volver. Yo tenía miedo, pero fue como un alivio para mí que vinieron
a recoger esas armas.
Y la gente que estaba
conscientes decía, “Allí vienen los muchachos. Hay que apoyarlos.” Y yo tuve
afinidad con el Frente por todas las barbaridades que hicieron a mi hermano
cuando lo metieron preso y a mucha gente más que conocía. Cuando ocurrió la
insurrección para nosotros no significaba que íbamos a poder derrocar la
Guardia. Lo que sí pensábamos es que fue una manera de buscar más apoyo del
pueblo, una manera para hacer a la gente tomar más consciencia.
Por aquí pasaban las
tanquetas reforzadas con Guardia que andaban a la orilla de la tanqueta.
Andaban por todos lados. Y llegaban a las casas preguntando si por aquí
hubieran pasado los yecos – no guerrilleros – los llamaban yecos. Preguntaron
por los Úbeda. Yo dije que creía que se murieron.
Hicimos algo que
teníamos que hacer
La Guardia inició con
lo que se llamó Operación Limpieza y pasaron casa por casa. Me encontraron con
mis chavalas y me hicieron pasar al fondo y vinieron apuntándome porque en una
casa se había escondido un compañero y había disparado a un Guardia. Entonces
me llevaban encañonada por tener miedo como quien dice, “anda adelante por cualquier
cosa...” No creas que eran valientes. Eran miedosos. Porque ponían una mujer al
frente para protegerse. Me hicieron recorrer toda la casa. Pero no había nada.
Estelí quedó bastante
destruida. Bastante. La Guardia tenía tanquetas. Y nos les importó quién o qué
traspasaron. Fue horrible. Allí por el 16 de julio, allí había francotiradores.
Y a la gente que salía le dispararon y ni sabían a quién estaban disparando.
Pero al final, para nosotros que simpatizábamos con el Frente fue una victoria.
Claro que mataron a muchas personas, pero murieron bastantes guardias
también.
Y para nosotros quería
decir que teníamos que seguir haciendo el trabajo de hormigas que hacíamos.
Tuvimos que trabajar para salvar las personas que podríamos apoyar y preparar
para cuando iban a volver a entrar. Entonces teníamos que ir preparando
medicina, comida, ropa, todo lo que había que preparar. Y ya sabíamos más o
menos con que casas podríamos contar.
Como era tanta la
emoción, sentíamos que hicimos algo que teníamos que hacer. Por ejemplo, eso de
las armas. El último compañero que vino me preguntó cuántas armas quedaron. Le
dije, solo queda una pistola y dos granadas. Y él me dijo, “por lo menos con
eso que nos dio nos ha abastecido bastante porque mira me dice, la misión de
nosotros es que cuando cae una Guardia de recoger su arma.” Ese fue la misión
de ellos, porque ellos solo tenían armas cortas. (14)
Dice Tomás Herrera:
Éramos
un ejército de niños de diecisiete, dieciocho años. Francisco Rivera era un
joven de veintidós años si no me equivoco.
En septiembre no se
habían integrado las columnas. Fue una insurrección popular y los cuadros del
Frente asumen la dirección de una manera espontánea. Allí sobre la marcha se
forman escuadras. Se forman los frentes de combate en la ciudad, se hacen
trincheras y todo eso. Ya están los Comités de Defensa Civil y empiezan a
cocinar en las casas. Había casas donde cuidar a los heridos. Y viene a dirigir
a la cabeza el Comandante Francisco Rivera, El Zorro, de segundo trae Elías
Noguera, trae a Carlos Suárez.
Pero andaban quizás
catorce hombres bien armados. Lo demás eran pistolas, armas de cacería, bombas
de contacto. Les resistimos a la Guardia. Yo sé que pasé como ocho o nueve días
sin dormir. Y cuando nos retiramos allí se empezó a formar las columnas
formalmente. Nos retiramos a la zona de la Montañita de San Roque, El Tular,
Santa Cruz. Y empezó una fuerte represión.
Hubo una persecución
bárbara con aviones, tanquetas y todo. Sobrevivimos en una situación difícil.
Nadie tenía un centavo. Dormíamos en el lodo porque no teníamos un plástico
para poner. Estuvimos en un cerro muy alto, helado y nosotros enfermos, con
dolor de muela, con calentura. Había un llano con guayaba y eso comimos. Lo
sancochamos con sal y eso comíamos. Hasta después se organizó la logística y
los campesinos nos llevaban queso, tortilla, carne de res, aunque sea llena de
gusanos.
La retirada de
septiembre fue una victoria porque le dimos en la cara a la Guardia,
demostramos que no teníamos miedo, que teníamos capacidad de fuego. (15)
Dice Filemón
Moncada:
Yo estuve más que todo
en la logística. Estuve casi siempre con el compañero Francisco Rivera
Quintero. Nosotros aquí habíamos recuperado municiones antes de la
insurrección, algunos fusiles de cacería, pistolas y revólveres que eran las
primeras armas que se utilizaron para combatir con la guardia y el armamento
pesado que tenían ellos, con sus tanquetas y helicópteros y sus aviones.
Ellos lanzaron todo para sofocarnos. Pero un
pueblo cuando está decidido a luchar no se detiene. Aquí la mayoría de los
estudiantes participaron en esa lucha, también los obreros organizados y todos
los jóvenes que vieron el arrojo de los otros compañeros también salieron
cuando nosotros hicimos la retirada. Salieron jóvenes en cantidad. Y salieron
no para irse por otro lado sino para sumarse a los entrenamientos y a la
formación política e ideológica para volver en abril (1979).
Entonces cuando salimos en retirada de Estelí
toda la gente alrededor de Estelí nos dio albergue, ayudándonos a nosotros a
escondernos y ayudarnos a salir a lugares donde íbamos a poder estar más
seguros. Nos proporcionaron lotes de montaña donde pudimos hacer los
entrenamientos para capacitar en arme y desarme a jóvenes. Luego cuando
entraron nuevamente en abril, eran hombres preparados en el uso de las armas.
Otros nos fuimos a
Honduras. Allí estábamos en grupos y fue allí también que se incorporaron muchos
compañeros del ejército de Honduras que desertaron del ejército allá y vinieron
a combatir con nosotros. (15)
Dice el Dr. Ulises González y Juanita
Castillo:
Cuando comienza la insurrección fue en
el centro de Estelí. La señora de enfrente de la casa pasó sus muebles para acá
y se quemaron y esa casa no se quemó. Se transformó en guerra. Cuadra por
cuadra. Efraín Moncada (Payín), hermano de Filemón Moncada en la esquina del
hotel Europa. La GN volando penca, Efraím en la esquina, detrás de un poste, arrodillado,
disparando con una pistolita a la GN. Narciso González, Eddie, Ajax, -sus
hijos- estaban metidos combatiendo. Carlitos Somarriba y sus hijos volando
penca.
El 10 de septiembre de 1978 se van
refugiados, el doctor Ulises, doña Pinita, la mamá de Juana, Juana, don
Tránsito y una sobrina de Juana, las dos niñas, María Estelí y Juanita. Se van
para la Cruz Roja y pasaron 5 días aproximadamente, frente al parque central
quedaba, pegado a la actual alcaldía. Pasaban ayudando a lo que se ofreciera.
Solo hacían un tiempo de comida. Se subían al techo de la Cruz Roja para ver.
Los sacan de ahí para el cine Nancy’s pues la guardia llegaba a esculcar y
molestar a la gente, además era muy pequeño ese local. Don Ismael Reyes,
presidente nacional de Cruz Roja vino de Managua. En ese refugio no había agua
ni letrinas, en unos hoyos defecaban, estaban hacinados. Había muchos niños.
Ese sector estaba manejado por la
guerrilla. A pie los sacaron, de noche, por encima de las barricadas. De Cruz
Roja salió Ulises con una camisa del Dr. Adrián Valdivia, la andaban de bandera
blanca, se la puso porque no tenía ropa. Debajo de una llovizna pasaron por su
casa, aún no la habían quemado, en la avenida central. Amanecieron en el cine
Nancy’s. Iban alegres. Estaban dentro del cine, su esposa dormía en una mesa
con la niña, pero hubo gente que se fue saliendo. Era peor estar ahí, más
incómodo, sentían frío. Un señor, el papá de Maritza Moreno, Dagoberto, les dio
una colchita para que se cobijara su esposa con la niña recién nacida. No había
donde acostarse.
El doctor Ulises con una navaja cortó
las cortinas del cine para darle a la gente como cobija. Esa noche se
acomodaron en los asientos. La gente les ayudaba a chinear. La tierna recién
nacida mamaba del pecho. Llegaban guerrilleros, mataban reses. Mucho riesgo,
decidieron salirse.
En la mañana, en cuanto nomás amaneció,
salieron a pie para Santa Cruz. A pie, por el boulevard y llegaron a la
carretera. Pasaban los aviones, se oía balacera, Pasa Carlos o Luis Cárcamo,
Chispa, en una camioneta y los lleva con mucho gusto. Iba una mujer adelante,
ellos atrás, los dejan en El Naranjo, iba Doña Pina, don Tránsito, las dos
niñas, el doctor Ulises y Juana. Ahí tenían familia, comida, amigos,
todo. Juana es de ahí, todo el mundo la conoce, se fueron caminando más o menos
un km.
En la casa el primo les dio desayuno.
La comida más rica. Huevitos. Por ahí fue la retirada de los guerrilleros.
Camino a la Laguna se puso feo. Le dijeron los guerrilleros que se salieran,
que se fueran a Yalí en el jeep Land Rover. Ya la casa estaba quemada. Un
hermano de su esposa, Humberto Molina, vino a ver a Estelí. A las horas llegó.
-Como ¿está la casa? Le preguntó al
cuñado el doctor Ulises.
-Hermano. No quedo nada. Nada, dijo.
Los sacos de comida quedaron quemados. Salía humo de café quemado.
Entonces se fueron en septiembre para
Yalí donde Rafael Rodríguez, iban doña Pina, don Tránsito, Chayo Barreda, el
doctor Ulises, Juana y las dos niñas. Allá no había guerra, ni alboroto. Les
prestaron trastos. María Julia Barreda vivía allí, sobrina, tenía dinero,
casada con Rafael, ellos tenían un negocio.
Lo que pasó con la casa fue así. A
media guerra de septiembre del 78 se metieron a quemar la casa del Dr. Ulises,
ellos habían salido de Estelí a esconderse a Santa Cruz, se van a casa de su
suegra. Una empleada, Martha, se quedó porque dijo que tenía años de no ver a
su hermano y quería verlo. Se queda cuidando, hermana del 16, Òscar Lanuza, un
bárbaro guerrillero. Muy valiente. Era chavalita; tiene más güebos
que una iguana. Dormía dentro del baño
Martha tiene que salir de la casa y se
pasa para la casa de enfrente, casita de tierra, de paredes gruesas, la acosaba
la guardia. Salvó lo que pudo. Después se aparece por Santa Cruz con un caballo
viejo, un cholonco, con maletas de ropa. La guardia aprovecha y quema la casa
con todo, hasta el dinero, saquearon. Se lleva casi toda la manzana el
incendio. Al actual Palí no pasó el fuego. Se quema hacia el norte, el oeste,
se salvó una casita por La Anexa. Los guardias metieron un tractor, empujaron
las jaulas con 250 gallos y 200 gallinas de pelea, se quemaron. Martha sacó
ropa más que todo. Abrió un hoyo y enterró una alcancía. Después de la guerra
del 78 la sacaron, 700 pesos había. Estaban sin un peso. Con eso sobrevivieron
los primeros días cuando volvieron de Yalí.
Narciso González en la primera
insurrección se retiró al campamento del lado de las Tres Esquinas, Santa Cruz.
Más adentro, le decían la Nueva Santa Cruz, parada de San Nicolás. Una
guerrillera, Socorro Siria, estaba embarazada; la China; la sacó Martha con
Narciso a la China, Martha era correo. La Siria era jefa que venía a Estelí.
Era la esposa de Felipe Escobar, otro famoso guerrillero que andaba con
Narciso. (16)
Dice Myriam Pérez. (María Libertad).
Tercerista:
Estaba en una casa de seguridad
escondida por Briomol; en la casa de Carmen Gutiérrez. Estaba clandestina desde
que salí de la toma de catedral, en julio 1977, como un mes; luego regresé a
casa y me incorporé a mis clases en La Escuela Normal, tercer año de
secundaria.
Rommel Valenzuela nos dijo días antes,
el vergueo es el 8 de septiembre y en cuanto nomás comience vamos a orientar a
la gente para hacer barricadas y que recojan agua y comida. Ahí en la casa de
la profesora Bertha Pérez de Aguilar estábamos reunidos con Rommel Valenzuela:
Mayra Aguilar, una compa llamada Lucinda (Patricia) que vive frente donde
Fredman, trabajaba ella en el banco de América. Es cuñada de Cairo Flores. Era
una compa flaquita.
Y no me acuerdo que pasó que se pasó
para el 9 y cada quien se fue a embuzonar, pero las instrucciones ya estaban.
Entonces Froylán me manda para donde
Pencho (Ramón Prudencio Serrano) y Rafael (Antonio Benavidez) y nos fuimos
posicionar a la barricada del Banco Nicaragüense (BANIC)
Ahí estábamos: Rafael (Antonio
Benavidez). Tenía un rifle 22
1) Óscar
o Pencho. (Ramón Prudencio Serrano). Jefe de escuadra. Tenía Una carabina M1.
2) Champú
(Miguel Ángel Arcia). Una escopeta
3) Patricia.
(Lucinda). Una pistola
4) Una
muchacha de mi barrio llamada Norma Castillo (se incorporó espontánea)
5) También
estuvo unos días Mildred Centeno.
6) Y
yo, María libertad (Myriam Pérez)
Mi seudónimo también era Patricia y
Ramón Prudencio Serrano (Óscar) me dijo, cambiate tu nombre por el de María
Libertad.
La única arma potente era la carabina,
que la rotábamos Rafael, Óscar y yo.
Defendíamos el punto. La guardia nos
atacaba de allá de la esquina de la farmacia Altamirano.
También nos desplazábamos por donde
Henry Kloth e íbamos a hostigar a la guardia que estaba en el Palacio
Municipal. Ahí funcionaron los niples.
Había un compita, Raúl se llamaba, que
lo cubríamos para q le lanzara los niples a las tanquetas. La tanqueta de
frente y detrás un grupo de GN disparando.
Pasaban viendo como estábamos: René,
Ocho, El Zorro.
El comando nuestro quedaba a dos
cuadras. Donde viven los suegros de Fidel Moreno. Esa casa era de dona Virginia
Rivera y a mí me la prestaban antes para hacer círculos de estudio, de los
bancos 2 cuadras al oeste. Esa casa me la prestaba un compa q después fue
asesinado por la GN. Su nombre era Félix Pedro Meza. Él era cuñado de doña
Virginia y él estaba a cargo de la casa. La guardia lo capturó en abril 79 y lo
asesinó.
Más temible era el bombardeo. Al
principio era terrible para nosotr@s, después nos adaptamos y decíamos es
psicológico. No podíamos creer que bombardearan en la ciudad.
La comida la llevaba la población a las
barricadas. La gente organizada nos llevaba comida.
Dormíamos adentro del Banco
Nicaragüense. Ya se había asaltado desde el mismo momento que entramos.
No hubo agua, ni luz. La gente se
abastecía de pozos.
Ponían una grabación, por avión, que
nos decía q nos entregáramos, que nos iban a perdonar la vida.
El día de la retirada yo andaba a pie
en una misión, allá por El Higo, en El Porvenir; trayendo leche para l@s
combatientes, andaba con mi papa. A las 6 am salimos de Estelí. Ese día el
bombardeo fue terrible y no nos dejaban avanzar los aviones, nos quedamos ahí.
Cuando entré de nuevo a Estelí, al
siguiente día, la gente se había retirado y entonces me embuzoné dos días,
frente a mi casa, donde una profesora, Gonzalina Acuña y después donde Modesta.
Había un movimiento grande en la ciudad
Estando embuzonada, Rubén me manda un
correo diciéndome que recorra la ciudad y q vaya a ver por el comando. Y me fui
y había ahí un montón de gente civil haciendo fila para retirar previsiones.
Somoza le daba comida a la gente después de haber bombardeado la ciudad. Había
muchos GN.
Ahí me paso algo horrible. Una chavala,
que era voceadora de periódico, le decía La Pulga. Esa chavala no hacía fila,
estaba tocando a un guardia. Bromeaba. Ella estaba en risería. Cuando voy
pasando, y nos encontrarnos las caras, se puso seria y me queda viendo con
rabia y amenazante. En eso el guardia se movió a otro lugar. Cuando ella lo
busca no está y entonces salí veloz de ahí. Me perdí entre la gente y me
largué. Ella, esa Pulga, me vio en el parque de guerrillera y luego en mi trinchera.
Era Tercerista, pero trabajamos
combinados con la GPP
De donde Modesta, esposa de Juan Acuña,
me fui a la montaña cuando me llegó a traer Rodolfo Obregón, creo, cuñado de
Andrés (Armando Aguilera) ; para llevarme donde el Zorro , al campamento El
Convento, por la Ruedas, al oeste de Estelí. Antes de finalizar septiembre. El
me llevó para donde doña Lola Peralta, colaboradora y luego su hijo, Agapito
Peralta, me llevó al campamento. Cuando me fui, una
vecinita me descubrió y con ella dejé una nota a mi madre donde le decía:
"No me busquen. Subí a la montaña" (17)
Dice Francisco García Ferrufino.
Porfirio. Tercerista:
En Estelí, 1978, me matriculé en la
escuela de comercio Silviano Matamoros donde me eligen representante de AES y
es donde comencé a trabajar más de lleno con el FSLN.
Algunas veces nos reuníamos donde Ciro
Molina, aquel hermano poeta en silla de ruedas que vivía en el Calvario, cerca
de la bomba; allí también se reunía Miriam Corea, creo era la esposa de él;
también llegaban otros compas de Estelí que no recuerdo muy bien.
En septiembre 1978, en Estelí,
trabajamos en células estudiantiles con Mauricio Zelaya, Arturo Rodríguez,
Fidel Ubau, José María Zeledón Zeledón, Rommel Valenzuela, Miguel Omier y en
fin, casi todo el barrio ya estaba sofocado por combatir. Teníamos algunas
armas que Rommel tenía escondidas y otras que conseguimos con gente del barrio,
por ejemplo, Julio Rivera y Salvador Vargas tenían un rifle 22 con mira, o sea,
desde antes ya estábamos en plan de lucha.
Con Leonel Rodríguez (ILY), a
media guerra, de nos encontramos unos cables de teléfono tirados o desprendidos
por el suelo y se nos ocurrió instalarlos y para sorpresa funcionó. Probamos un
teléfono que nos encontramos, de aquellos que les das cran, y al ver que
funcionaba se nos vino la idea, nos comunicamos varias veces entre nosotr@s
para estar en contacto de los acontecimientos. Instalamos uno donde Chemita
Briones, otro donde El Yanqui y otro en El Calvario y nos sirvió. Ja, ja, ja,
fue divertido. Creo que esto no lo maneja mucha gente o no lo recuerdan; y para
desgracia, much@s de esos herman@s cayeron en la lucha o fallecieron después.
La primera trinchera donde estuve fue
donde Róger Mangas, también en la Tipografía el Membrete, pero visitaba todas
las trincheras. Manuel Rodríguez y sus hermanos, los hijos del Niño Félix, y
prácticamente todo el barrio. Fue algo espontáneo, ya que se unió mucha gente y
las orientaciones las enviaba Rubén por medio de enlaces; pero militarmente
todavía no había mando en nuestro grupo. En la retirada si, fue Leonel
Rodríguez, (ILY), por consenso. Precisamente por eso me daba el lujo de andar
en diferentes trincheras.
Nos retiramos, creo al amanecer del
23 de sept 78. Cuando me levanté ya todo mundo se había ido y fue allí que nos
reunimos doce amigos y nos retiramos pasando por el cerro que esta al oeste de
Estelí cerca de las Torrez; a salir a la Palagua cerca de Pueblo Nuevo y
pasando cerca de Limay a salir allá por donde el padre Fabreto, en Cusmapa, la
frontera, y entramos a Honduras, por Duyure, creo se llama ese lugar.
Entre otr@s íbamos: Los tres hermanos
Rodríguez Leonel, Félix Pedro y Ramón; Fredy y Carlos Herrera, Rommel
Valenzuela, Miguel Omier Pérez, Emir Bonilla, Dennis Harrison (Taolamba), Fredy
Herrera Chavarría, después recuerdo al otro que falta.
En Honduras fuimos famosos porque
íbamos doce y nos tomaron aprecio hasta las autoridades. Taolamba cantaba muy
bien y a veces cantábamos serenatas y también cantamos la misa campesina en San
Marcos de Colón; ya que allí estuvimos algunos meses en casas de seguridad
entre ellas la nuestra "El Palomar", una casita de dos pisos; El
Bunker donde estaba la luz Úbeda; La de Chimbo, donde estaba Noel Valenzuela,
La del canoso Félix Pedro Miranda; entre otr@s. (18)
Dice Martiza Hernández Gutiérrez:
Mi padre me enseñó a aborrecer la
dictadura somocista.
Estudié secundaria en la Normal y fue
ahí donde me metí de lleno a la lucha, en las filas del F.E.R
Un día antes de la insurrección, l@s
compañer@s del FER nos avisaron que a las 4 am iban a entrar " Los
muchachos " a Estelí. Yo quise avisarle a mi familia, para que se
prepararan, pero no me creyeron.
Me acuerdo de algun@s: Iván Gonzales,
Nordia Ester, Zaira González, Urania Zelaya, Donoso Zeledón, Cesar Canales,
Ajax González…
Ese día, en la madrugada, escuchamos
los primeros disparos. Eran entre las cuatro y cinco de la madrugada. Yo vivía
a 400 metros del cuartel, tod@s asustad@s; yo también, pero un poco puesto que
ya sabía más o menos lo que iba a pasar. Llegaron varios de mis amig@s a
tocarme la puerta y me dijo mi mama, si te vas yo misma te voy a denunciar a la
guardia, aunque yo sabía que no lo iba hacer. No salí porque estábamos solas y
me dio pesar dejarlas, a mi abuelita y a mama con mis 3 hermanitos; ya que el
marido de mi mama, mi padrastro, quien sabe por dónde andaba.
Pasamos 6 días de combates encerradas
en el último cuarto de la casa de una tía, detrás del Instituto San Francisco,
en la misma cuadra de mi casa; éramos 25 personas entre niños, ancianos,
adultos y 2 adolescentes, mi prima y yo; con ella, Fátima Moreno, nos
cruzábamos de patio en patio con miedo de los aviones
bombarderos hasta llegar a mi casa que era una pulpería, para llevar
comida y ropa hasta donde estábamos, en esos viajes aprovechaba para abrir la
puerta y salir casi arrastrada a ver si miraba algún compañer@ y darle algo de
comida y poder entregarles unas municiones que tenía guardadas para ese momento
Cada que lograba asomarme miraba
muertos en la calle, me acuerdo de un señor que estaba boca abajo, muerto y le
dimos vuelta para verle la cara y tenía lleno el brazo de relojes nuevos, ja,
ja, ja. Todo olía horrible como a carne podrida y quemada, eran muertos mal
enterrados y quemados me imagino que eran más civiles y guardias. La misma
guardia mató a un señor vecino mío que también era guardia, a esa hora él iba
saliendo de turno cuando comenzaron los combates.
En un encontronazo por el San Pancho,
entre ambos bandos murió un sobrino de Doña Nicanor Laguna, que venía de la
finca de traer la leche, no me acuerdo el nombre era, de afro y muy guapo. Toda
la leche de las pichingas se mezcló con la sangre y las que no tenían huecos de
tiros las abrimos y aprovechamos la leche para un chigüinero que había en mi
casa.
Un día de tantos, en la salidera a la
calle con mi prima Fátima Moreno, nos encontramos de frente con una tanqueta
que hacia estremecer la calle y los corazones afligidos de los que estábamos
aun refugiados en las casas y corrimos y nos metimos a un pasadizo que había
por ahí y nos pegamos contra la pared sin respirar, sin movernos ni un pelo
mientras pasaban.
En los días más duros de los
combates, llego un primo (somocista) y nos dijo, tienen que abandonar las casas
porque ya nadie queda aquí, todos se fueron y dicen que van a bombardear la
manzana porque hay denuncias de que aquí hay armas. Y fue así como un día de
tantos salimos en procesión hasta La Campana a la finca de Chelado Castillo,
quien muy amable nos dio posada a tod@s.
Ahí pase los días más tristes de mi
vida, me subía a un cerro y miraba las humaredas por mi barrio. Pasaba gente
por ahí y nos decían, les quemaron la casa y les robaron todo; quedamos en la
calle, unos a la bulla y otros a la cabuya. Pero también tenía un dolor muy
diferente; no sabía nada de mi amor y compañero de lucha, Bayardo Lanuza, que
estaba combatiendo, no logré verlo en la ciudad; fue hasta una noche que llegó
a La Campana, a buscarme, seguramente alguien le dijo que estaba ahí. Vimos que
de largo venia un grupo como de cinco o seis armados, pero no sabíamos que
eran, lo reconocí inmediatamente, era mi amor con otros compañeros. Casi le da
un patatus a mi abuelita y otras viejitas, ja, ja, ja; se enojaron conmigo
porque los estaban poniendo en peligro, pero saladas porque Chelado era padrino
de Bayardo y los recibió bien. Yo feliz.
Me regaló una pistolita 22, un juego de
ajedrez que me llevaba y unos binoculares. En la madrugada se fueron para el
lado de Wiwilí y quedé más triste aún. No recuerdo el día, pero sé que fue ya
casi en los últimos, ya buscando la retirada.
Como a los 3 días que pasaron los
compañer@s me subí de nuevo al cerro y vi con los binoculares que había una
gran humareda por el templo San Antonio y después me di cuenta que era mi
cuadra.
Un guardia llamado Migdonio tenía unas
maneras horribles de torturar a los jóvenes sospechosos que caían presos,
dicen, que como era bien gordote, se sentaba encima de la gente y brincaba, les
mordía el dedo gordo de los pies hasta que sangraban. Lo
ajusticiaron. (19)
Dice Santiago Irías Urbina (Emilio):
UNA ANECDOTA CON EL CMDTE FRANCISCO RIVERA QUINTERO
(EL ZORRO).
El día 10 de Sep. de 1978, a eso de las 10: am , en medio del alborozo
del inicio de la insurrección que más parecía fiesta de Diciembre por la
alegría, algunos tiros que se escuchaban y el ir y venir de la población, veo
que viene subiendo por la cuesta pedregosa de norte a sur , un compañero
vestido de verde olivo, con su mochila del mismo color y un fusil FAL cruzado
al pecho ; lo quedé viendo hasta coronar la cuesta , cuando levantó la cara, lo
vi, era mi compañero de clases de la escuela primaria Sotero Rodríguez , aunque
cuando estudiamos ahí tenía otro nombre.
Dejé que se acercara y le grité , Ideay Chico, cuanto tiempo sin vernos,
él se acerca me abraza y me dice al oído; No jodas yo soy Rubén, me
dio pena haber violado una medida de seguridad y con el precisamente, luego me
dice , Ideay Ronco te veo bien, y queda viendo la pistola Súper 38 que me había
dado La China (Coco Sirias) para que me graduara de hombre en
la guerra, intercambiamos algunas cosas y me dice , hombre fijate que
necesitamos montar un comando en esta esquina, hacer una barricada y contener a
la guardia, ¿con quién hablamos? , me preguntó , con nadie, montalo aquí en la
casa de mi Mama , juega, me dice y llama a un compa que venía detrás de él, me
dice , este compa es David , él es el jefe de este comando y con él organicen
todo.
Luego de convencer a Doña Nicolasa Urbina de Irías de que autorizara
instalar el comando en la casa (Del gallo más gallo 1 cuadra al
río), le asignamos un cuarto forrado de Plywood, ubicado a orillas de la
sala de la casa, recuerdo que organizamos la construcción de la barricada con
todos los vecinos, los niños, las mujeres y jóvenes, la brigada de salud quedó
a cargo de la compañera Lastenia Valenzuela (QEPD), organizamos brigadas de
recuperación y el rol de la vigilancia o posta.
Todo marchaba bien con la excepción de
que el jefe designado no salía para nada, tenía ya cinco días embuzonado con
una compañera y ya la aviación estaba haciendo destrozos, ya la guardia venía
avanzando, utilizando la tanqueta llegaban hasta la esquina de Don Guilebaldo
Ocampo, o si no por la Tienda Gadmor , los compañeros repelíamos como podíamos
con las pistolitas , en una ocasión llegó Alejandro Cárcamo (hijo),
que andaba un fusil 22, con mira telescópica, para cazar a unos guardias que
estaban como francotiradores en el edificio del Banco de América , y el tal
David con una Thompson debajo de la cama ; los compas ya se estaban quejando de
esa actitud.
Ya de tardecita pasó viendo el estado
de las barricadas el compa Rubén , cosa que aproveché para informarle lo que
estaba ocurriendo, solo me indicó, no digas nada , mañana vengo a arreglar esto;
al día siguiente, como a eso de las 11 del día, ya andaba la avioneta
rafagueando y tirando roquets , nosotros solo nos cambiábamos de acera para
esquivar las metrallas, en eso se aparece Rubén , se para al lado de la casa de
Doña Lastenia y dispara en ráfaga su fusil Fal tratando de alcanzar a pegarle a
la avioneta, luego de dos intentos la avioneta se aleja , todos aplaudimos , me
llama Chico Rivera y me dice ; llevame donde ese maricón, yo lo llevé y me pide
autorización para patear la puertecita, que también era de Plywood , con un
gesto le dije , dale , golpeó la puerta , ésta se abrió y entramos, el David
salta de la cama y cuando está de pie , Chico le dice ; entrégueme su fusil,
usted es un maricón, los compitas están peleando con sus pistolas y vos aquí
......... te me vas a la M......que en el Frente Sandinista no hay
cobardes....lo desarmó y salimos de nuevo a la calle.
Lo que sucedió ese día, al recordarlo,
aún se me enchina la piel, resulta que en ese momento está regresando la
avioneta y viene rafagueando, Chico se sale de nuevo y se coloca a media calle,
dispara en ráfaga y espera ........ cambió el magazín y espera , camina al
centro de la calle y se detiene al centro de las cuatro esquinas, la avioneta
viene de nuevo subiendo desde el cementerio , Chico no se mueve, las ráfagas
vienen partiendo la calle en dos, por el mero centro, Chico no se mueve y
cuando la avioneta está pasando frente de la casa de Don Jesús Rodríguez (Del
comando media cuadra al norte) , ya está a media cuadra, entonces levantó su
fusil y se enfrenta a la avioneta sin moverse, disparando en ráfaga , hasta que
la avioneta hizo un giro , se desvió y se fue alejando ; esas imágenes jamás se
han separado de mí, yo que fui aficionado al cine les digo que solo en las películas
he visto tanta valentía.......lo que siguió fue una algarabía, unos gritábamos
...... (20)
Fuentes:
1) Memorias
de la lucha Sandinista
https://memoriasdelaluchasandinista.org/view_stories.php?id=40
2) Testimonio de Roger Aguirre Ruíz. Augusto.
3) Folleto: El Interrogatorio. Doctor Alejandro Dávila Bolaños
4) Nuevo
Diario
http://www.elnuevodiario.com.ni/politica/52630-grande-que-murio-pobre/
5) Testimonio de José Adán Galeano. Poblador
combatiente.
6) Testimonio de Iván Alí Valenzuela Blandón
7) Testimonio de Francisco Ajax González
8) Alexa
Lugo Guevara. Otros detalles, parte de la desbandada heroica
hasta llegar a Estelí.
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10206195696343660&set=a.3890692538078.156462.1001933209&type=3&theater
9) Testimonio de Margaret Ileana Morazán
Sánchez
10) Testimonio de Dina Benavidez
11) Comisión
Interamericana de derechos Humanos de la Organización de los estados Americanos
(OEA)
http://www.cidh.org/countryrep/Nicaragua78sp/capitulo2.htm
12) Nuevo
Diario http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/26987-treinta-anos-insurreccion-septiembre-1978/
13) Testimonio de lucha contra la dictadura: Compañera
Hilda Duarte Solórzano. http://www.tortillaconsal.com/hilda_duarte.html
14) La
insurrección de septiembre 1978 en Estelí. Testimonio de la Compañera Francisca
Dormuz.
http://www.tortillaconsal.com/tortilla/es/node/6740
15) Testimonios de combatientes y colaboradores del
Frente Sandinista de Liberación Nacional
http://www.tortillaconsal.com/tomas_lionel_filemon.html
16) Texto
en base al testimonio del Dr. Ulises González y Juanita Castillo.
17) Testimonio de Myriam Pérez.
18) Testimonio de Francisco García Ferrufino
19) Testimonio
de Maritza Hernández Gutiérrez
20) Testimonio
de Santiago Irías Urbina
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