La Batalla de San Jacinto

La Batalla de San Jacinto
Byron Javier Picado Molina.
Estelí, Nicaragua.
5 septiembre 2015.
Desde 1854 los legitimistas (conservadores) de Granada estaban en combates con los democráticos (liberales) de León por el dominio de Nicaragua; y estos últimos contrataron  a Byron Cole y William Walker para reforzar su lucha en la llamada Guerra Nacional.
William Walker, nacido en Nashville, Tennessee, Estados Unidos; arriba a Nicaragua por el puerto El Realejo el 16 de junio de 1855 al mando de 57 mercenarios. Ya en el país ve la oportunidad de apoderarse de Nicaragua y va desplazando a sus patrones liberales. 
En este contexto se desarrolla la denominada Batalla de San Jacinto.
El 29 de agosto de 1856, (según el testimonio del capitán Carlos Alegría) un grupo de 100 legitimistas; al mando del Coronel José Dolores Estrada Vado, salió de Matagalpa, por órdenes del General Tomas Martínez, para impedir que los filibusteros robaran ganado y abastecerse de carne; llegan a la hacienda "San Jacinto"" ese mismo día por la tarde.
El 5 de septiembre, llegó un escuadrón de rifleros, a caballo, para atacar la hacienda en una escaramuza. Dirigidos por el Coronel Edmund McDonald, junto con el Capitán William P. Jarvis. Los legitimistas, armados con fusiles de chispa, rechazaron el ataque, teniendo los mercenarios 6 muertos y varios heridos, entre ellos Jarvis resultó herido de muerte. Los patriotas tuvieron un muerto, el cabo Justo Rocha;  y 3 heridos; Capitán Carlos Alegría, el Ayudante Abelardo Vega y el soldado Crescencio Ramírez. William Walker escribió en el capítulo 9 de su libro "La guerra en Nicaragua" que eran 40 jinetes los atacantes; el teniente Alejandro Eva dice en su testimonio escrito en 1889 que eran 60 y el coronel Estrada, que eran más de 120 filibusteros.
El coronel Estrada solicita refuerzos a Martínez, de acuerdo al testimonio del capitán Carlos Alegría. El 11 de septiembre llega desde Yucul, Matagalpa, una compañía de 60 indígenas flecheros, al mando del capitán Francisco Sacasa.
Según el testimonio de Walker, en su libro "La guerra en Nicaragua", los mercenarios salieron de Granada la tarde del día 12, pasaron por Masaya y en Tipitapa acamparon el 13, para atacar la hacienda a la mañana del día siguiente.
Al amanecer del domingo 14 de septiembre, (antes de rayar el alba dice el coronel Estrada), en medio de la neblina; el cabo Faustino Salmerón los divisó y corrió a la casa hacienda; cuando los 159 legitimistas estaban desayunando; avisó al coronel Estrada que el enemigo venía por el sur, 300 hombres comandados por el teniente coronel Byron Cole.
El grupo patriota se extendió en 3 posiciones:
* el corral de piedra junto al costado oeste de la casa hacienda, defendido por el capitán Liberato Cisne.  
*  la casa hacienda defendida por el capitán Francisco de Dios Avilés
* y el corral de madera (esquina opuesta a la esquina sureste de la casa) defendido por el capitán Francisco Sacasa.
Se les dio orden de no disparar hasta que el enemigo estuviese cerca, pues el alcance eficaz de los fusiles de chispa era de 50-70 metros. Los mercenarios, que habían recibido la misma orden, se habían dividido en 3 columnas para el ataque y a las 7 de la mañana atacaron los tres frentes:
* la primera, bajo las órdenes del teniente coronel Byron Cole y del teniente Robert Milligan, atacó el flanco izquierdo del corral de madera;
* la segunda, al mando del mayor Calvin O'Neal, avanzó por el frente (la casa hacienda) y
* la tercera del capitán Lewis D. Watkins en la dirección del flanco derecho, donde se unía el corral de madera con el cerco de piedra.
Fuertes combates por dos horas. A las 9 a.m. los mercenarios unen sus columnas y rompen la defensa del flanco izquierdo (el corral de madera), la lucha era violenta, el coronel Estrada refuerza esta posición con tropas de los oficiales Miguel Vélez, Alejandro Eva y Adán Solís. El Sargento primero, Andrés Castro, al faltarle municiones a su carabina derriba de una certera pedrada a un mercenario, muchos siguieron su ejemplo. Era crítica la situación de los patriotas.
A las 10 a.m. las columnas mercenarias se reagrupan y concentran sus esfuerzos en el flanco izquierdo, el coronel Estrada envía al capitán Liberato Cisne, al teniente José Siero y al subteniente Juan Fonseca con sus escuadras, a flanquearlos por la izquierda. Pasaron entre el monte y la serranía para atacar la retaguardia de los filibusteros y gritando ¡Viva Martínez! ¡Viva Nicaragua!; cargaron a la bayoneta, con arrojo admirable y les hicieron una descarga de fusilería; el ataque asustó a la yeguada y los potros de la hacienda que estaban en el cerro vecino, y en ruidoso tropel bajaron hacia el campo de batalla. Siero dice en su testimonio que el teniente coronel Patricio Centeno y un oficial Flores de Granada arreaban a los caballos. Los filibusteros al creer que llegaban refuerzos huyeron en retirada, con dirección a la hacienda San Ildefonso.
El escritor Luis Alberto Cabrales en un escrito de 1929, citando a los capitanes Mendoza y Sobalvarro, dice que, en las memorias de Patricio Centeno, ya elevado a General en 1889, ratifica que él fue quién con una guerrilla soltó a la yeguada y atacó a los filibusteros por la retaguardia en el flanco izquierdo, acción que fue determinante para alcanzar la victoria.
El capitán Bartolo Sandoval y el teniente Miguel Vélez, montado en bestias capturadas, realizaron la persecución junto con otros soldados que iban a pie. Esta acción fue tan violenta que el sargento Francisco Gómez cayó muerto de fatiga. Sin embargo, producto de la persistencia de los nicaragüenses en lograr una contundente victoria, lograron dar muerte al jefe de la tropa mercenaria Byron Cole, muerto por el cabo Faustino Salmerón según Alejandro Eva, aunque Siero dice que fue 2 días después, el 16 de septiembre a las 6 am en San Ildefonso.
Los resultados de la batalla de cuatro horas fueron reflejados en el parte oficial firmado por el coronel Estrada, teniendo los nicaragüenses 10 muertos y 7 heridos; y el ejército filibustero 27 muertos, habiendo capturado 20 bestias, 25 pistolas, 32 rifles Sharp y Minié, 47 paradas, chamarras y sombreros.
¿Qué significo la Batalla de San Jacinto?
Dice José Floripe Fajardo en su artículo, Héroes de papel: 'Cuando se da la lucha, defendiéndose de las huestes de Byron Colé, el General Estrada está presentando una resistencia contra los aliados de los liberales y su triunfo es partidario; tan es así que, cuando él llega a Masaya a presentar su Parte de Guerra, y se entera de la Alianza, se opone enérgicamente y tiene que ser reducido por las armas. En la Batalla de San Jacinto jamás hubo, espíritu nacional y toda su lucha fue bajo inspiración partidaria. El General Estrada puede ser héroe conservador pero jamás alcanzó los niveles patrióticos nacionales para ser un Héroe Nicaragüense.'
Esta gesta inspiró a los nicaragüenses y centroamericanos para, unidos, derrotar y expulsar a William Walker y sus mercenarios. Es una de las grandes gestas que hemos realizado  l@s nicaragüenses en la búsqueda de nuestra libertad, soberanía y desarrollo sustentable con justicia social y armonía con el ambiente. En el afán de forjar una patria cristiana, socialista y solidaria.
Honor y gloria a nuestro/as héroes y mártires.
Reelaborado en base a las fuentes:



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