Las nuevas mujeres para un nuevo mundo






El nuevo papel de la mujer

Si le hubiera preguntado a mi abuela por su relación de pareja, no me hubiera entendido la pregunta. El casamiento era cosa de la familia y, justamente, mi abuelo habló con la familia para concertarlo. Esa era la práctica de la época, ya que la familia y la sociedad sostenían la visión del matrimonio y lo controlaban desde el noviazgo.

En caso de insistir con la pregunta, mi abuela hubiera contestado: "Es un buen hombre, trabajador, no falta de casa, no es mujeriego" y allí hubiera terminado la definición de un marido deseable. Para ella su vida era criar a sus hijos, atender (servir) a su marido, mantener la casa ordenada, hacer la comida...
Hoy las mujeres tenemos un nuevo desafío, no solo importa atender a nuestros hijos, nuestro hombre, la casa, sino que nos importa también nuestro desarrollo profesional, a al vez que damos espacio a nuestra sexualidad y a sentirnos bien con nosotras mismas.

La manera de ser mujer hoy nos lleva a armonizar todos estos aspectos, a dar espacio a todas nuestras necesidades, por eso tenemos que crear un nuevo modelo. A veces pienso que se parece a esos malabaristas que deben mantener varios platos girando al mismo tiempo sin que ninguno caiga. Esa es la imagen que me sugiere un día de una mujer actual: Sale a trabajar, no sin antes haber levantado a los hijos, preparado sus viandas, dejado organizada la cena, y con tiempo para arreglarse y estar linda. Luego mientras está entregada a su trabajo, hace una pausa para recordar que está pendiente la cita con el dentista de uno de sus hijos, continúa trabajando cuando la llama el esposo para pedirle que la acompañe a una cena de trabajo. Arregla con una amiga para que retire a su hija del cumpleaños y así se hace un hueco para ir a la peluquería y así estar en forma para la cena.
Este es el desafío de ser mujer hoy, ser eficiente en el trabajo, que los hijos tengan toda la mamá que necesitan, que la casa funcione, que no falte comida en el refrigerador y estar lista para recibir al marido cuando llegue de la casa sin olvidar de llamar a madre y suegra para que no se sientan postergadas.

Me preguntan por el rol de la mujer hoy. El rol es el arte de hacer que todo funcione, un desafío nada fácil.

La mujer tiene hoy la oportunidad de completarse, salir al mundo y desarrollar lo que llamamos la energía masculina, que se caracteriza por el movimiento, la acción de salir hacia el mundo para modificarlo, la capacidad de penetración; es el opuesto de la energía femenina que se caracteriza por la capacidad de espera, la quietud, la receptividad y contención. La energía masculina es el movimiento y la energía femenina es la quietud." Todos somos, en ese aspecto hombres y mujeres a la vez. Tanto hombres como mujeres debemos integrar ambos aspectos aunque el énfasis en cada uno sea diferente.

Saliendo del confinamiento

La mujer, anteriormente limitada a la casa, podía desarrollar solo su aspecto femenino y tenía pocas posibilidades de poner en juego su energía masculina. Hoy está logrando lo que ha deseado: salir de su confinamiento, está abierta al mundo, comienza a ocupar lugares prominentes en la sociedad. Ha tomado muy en serio el desarrollo de su energía masculina y bienvenido sea el cambio. Sin embargo esta nueva manera de ser mujer encierra un peligro, esto es, que el desarrollo de la energía masculina se haga a expensas de la femenina desplazando la contención, la espera, la quietud, por la acción. Todas estas cualidades son necesarias, especialmente en las relaciones íntimas. Cuando desaparece el aspecto femenino, la capacidad de espera y la contención son tapadas por la acción y la pareja es el primer terreno que se resiente.

El primer gran desafío que enfrenta la mujer de hoy, es crecer equilibradamente sin imitar a los roles masculinos. Se trata de encontrarle un lugar para su energía masculina conservando las cualidades de su contraparte. El varón más evolucionado cooperará para que esto suceda, sin embargo seguirá buscando aquel hombro que lo contenía, en esa quietud y abrigo que toda pareja necesita.

El segundo gran desafío lo plantea la persistencia en la cabeza de todos nosotros del antiguo modelo de mujer. Esto hace que las mujeres sean exigidas por todos, incluso por ellas mismas a cumplir eficientemente con su nuevo rol conservando el antiguo. Esta es una exigencia idílica que solo se cumple en los comerciales de TV. No se trata de renegar del papel de madre, esposa y amante, sólo se trata que estos papeles necesitan una nueva forma. No es posible que la mujer se vaya a trabajar a la misma hora que el hombre y luego este se queje porque cuando llega no encuentra la casa con "olor a torta".

Cabe destacar que muchos hombres han comprendido este fenómeno y "ayudan" a la mujer, sin embargo la mujer es la encargada que todo funcione en la casa, aún cuando trabaje las mismas horas que el hombre. La ayuda debe ser agradecida como una deferencia del hombre y no como parte de la tarea en común. En la mayoría de los casos la casa y la crianza de los hijos no es una tarea totalmente compartida y esa es una carga que pesa sobre la mujer las veinticuatro horas.

Las herramientas

La mejor herramienta que podemos tener es la conciencia del momento que nos toca vivir, del cambio que se está desarrollando para no reducirlo a una pulseada entre el hombre y la mujer.

Es una gran tarea, sobre todo para nosotras las mujeres, cuando se nos superpone nuestros papeles como profesionales, madres, amantes, esposas. No hay un patrón establecido. Lo que está claro es que no podremos ofrecerle a nuestros hijos el modelo que nos ofrecieron a nosotras nuestras madres o abuelas. El rol que se nos exige es otro, el mundo es otro y el modelo que tendremos para ofrecerle será otro. Y no está mal que así sea porque nuestros hijos no vivirán en el mundo de nuestras abuelas. Sin embargo hay mucho para conservar del legado de ese pasado, la contención, la ternura, la disponibilidad, la calma, son necesidades que todos conservamos hoy, y en este reinado de la acción todo sucede muy rápidamente, tan rápidamente que no tenemos tiempo de estar presentes. Nos ausentamos de cada momento pensando en el próximo. Y no es posible contener, estar disponibles, conservar la calma, si no estamos presentes. No importa cuán rápidamente ocurran las cosas, lo importante es tratar a cada instante como si durara una eternidad y estar presente en él.

El arte de la danza

Es realmente todo un desafío. Necesitamos darnos cuenta que es una problemática no resuelta aún y que nos tironea permanentemente. Ninguna de nosotras quiere dejar de ser profesional, esposa y mucho menos madre y amante. Y para no renunciar completamente necesitamos ir convirtiendo a este tironeo en una danza donde habrá alejamientos y acercamientos con nuestro propio ritmo. Si observamos lo que sucede encontraremos en nuestra propia vida estos movimientos, al principio estudiamos y nos acercamos a nuestra profesión, quizás por el mismo momento nos acercamos al papel de amante y esposa, luego tomamos cierta distancia de nuestra profesión y nos acercamos a nuestro rol de madres, para mas tarde volver a variar las posiciones de este baile a la que la vida misma nos somete. Es una danza que compromete también a los hombres porque se trata, ni mas ni menos, que hacer de la pareja y la familia una de las fuentes de felicidad.

 
La Divinidad nos bendice siempre.
La Divinidad es en nosotros/as
Somos la Divinidad
Somos Uno
 
Byron Picado Molina
SOCIEDAD BIOSÓFICA NICARAGUA (SBN)
Helena Petrowna Blavastky
"La Espiritualidad más expandida es el AMOR en VERDAD iluminado"
Estelí,Nicaragua.
América Central
 
(Red Nicaragüense de luz)
 
( Red Estelí Cultural) 




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